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"penas" ho se debieron a la tendencia mo– naquizante, vencida por él, sino a las "glo– sas", los relajos y los desórdenes y con, flictos que se manifestaron, ,sobre todo desde que renunció al generalato, por parte de los hijos malos, como en cambio se alegró de las buenas cosas de los hijos buenos. Después de su muerte ocurren muchas cosas. Hoy se juzga nuestra historia re– formista y apostólica (ciencia, m1s10nes, etc.) con criterios de tipo panegirista o de– nigratorio. Debemos reconooeT el pasado con sus luces y s-ombras, aprender sus Lec– ciones; pero no justificar todo el pasado como si lo ocurrido se identificase con la vo]untad del Francisco histórico. Hasta los Santos podían haber hecho más, pues de algo sie confesaban. El pasado correspo,ndió a las voluntades históricas de S. FrancLsco só1o más o menos. Algunas voluntades de éstas, no consignadas en la Regla, fueron holladas poT todos (renuncia a los privi– legios; seguramente, la unidad de la Or– den); otras, consignadas ein la Regla, fue– ron observadas sin cumplir la intenci.ón profunda de S. Francisoo. Las reformas: voluntad de retorno a la Regla, pero vista a trav:és de la vida de N. Padre, que abarca más (grado de pobreza en el mobiliaTio, dimensión de las casas, más o menos den– cia ... : problemas que preocuparon tanto a las reformas, pero que e,n la Regla no se determinan). C) Para resolver el problema de la Regla, que también ahora se siente grav 1 emente, es necesario ante todo jerarquizar los ele– mentos de la Re:gla según .la volunt:ad histó– rica de S. Francisco, determinando cuáles son esenciales y cuáles variables. Los ele– mentos principales se refier,en a los siguien– tes .pu,ntos: 1 9 ) Candidatos: Todo es variable salvo la voluntad de observar la vida y forma. 2•) Profes,ic)n: ''Evangelismo" de S. Fran– cisco y catolicidad son esenciales; pero la institución del Card. Prot,ector es variable por ser mera razón de medio para la cato– licidad. Por -otra parte, no se puede simpli– ficar el Evangelismo, reduciéndolo a la Re– gla o a una exégesis moderna del Evangelio. 3•) Pobreza., caballo de batalla de las reformas. Elementos esenciales: desapro– piación, prohibición de dinero y vestido vil. Sentido fundamental de estos preoeptos: ser indefensos humanamente; estar pendien– tes ... (pacifismo evangélico). Elementos va– riables: forma de vestido,. descalsez, el no andar a caballo ... 4°) Obediencia: Sumisión de los carismas a los superiores. Recurso esp.iritual. 5 9 ) Castidad: Respeto al honor personal y colectivo. 6 9 ) Oración y ayuno: Gran variedad en cuanto a modo y forma. Libertad evangé– lica. Gran amor a la oración y austeridad de vida. 7 9 ) Ir por el mundo: T'rabajo (manual y científico) y sustento (para sí y otros). Mendicación: medio subsidiario. Predica– ción: parte del EVangelismo. 8 9 ) Autoridad: Todo variable, salvo la mística de la autoridad como s,ervicio de exhortaetón y corrección y castigo y res– peto a los carismas. 9°) Mística de la Regla. D) Pero ahora es necesario determinar también, además, las voluntades del Fran– cisco neumático y glorioso. Será la diferen– cia de la reforma actual con respecto a las reformas históricas. El problema no eslá en los elementos que son ya variables por la misma voluntad histórica de N. Padre (podemos cambiarlos), sino en los que él determina como esenciales. •Ante todo se pregunta si, junto a la Regla, ,neoesitamos otra ley de vida (Cons– tituciones Generales, Estatutos Provincia– les ... ). La tradición de la Orden y S. Fran– cisco mismo (reglamento de eremitorios) dicen que hace falta una reglamentación más concreta. Pero sus caracte·res serán franciscanos: respeto a la l:iibertad personal y exigencias de la fraternidad, que es tam– bién volu,ntad de S. Francisco. Hay dos voluntades esenciales del Fran– cisco histórico que hoy aparecen anacróni– cas: ll La desapropiación •~jurídica" es hoy absurda y poco seria, si no se aseptan sus consecuencias; 2) La prohibición del dinero, ininteligible en tiempo de S. Francisco, hoy lo es más todavía: precisa reducir el dinero a la co,ndición de todo lo demás, y a su uso pobre. El diáilogo: Para evitar que Se desarrolle con excesiva 21

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