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tructuras de las que broten formas purí– simas del Evangelio, como por ej. en los Herma.nitos de 'Foucauld . La Orden se plan– tée en serio la reforma, de suerte que en ella resulten naturales y comunes 1as for– mas puras del E'vangelio. Se acepte,n diver– sos niveles: uno general, normal para todos; pero con posibilidad para que puedan sur– ,gir también los "anormales". Responden varios: -Uno observa que en S. Buenawntur,a -cabían los Espirituales, pero que en cambio éstos no aceptaban a· S. Buenave,ntura. . . -Otro pregunta si el hablar de "formas puras" del Evangelio insinúa que en él hay también formas im– puras. Tal error hubo en la Edad Media. Esta inexactitud ha traido muchas divi– sLones en la Orden. Esas "formas puras" son imposibles para 30.000 frailes ... -Otro afirma que fidelidad la ha habido siempre, m,ayor o menor. Y añade: S. Buenaventura no renunció a ningún punto de la Regla, 2. Teología del A las 16'30 del mismo día 28 desarrolla su ponencia sobre este tema el P. PEDRO DE ALCANI'ARA MARTINEZ, O.F.M., de la Provincia Bética, Ldo. en Teología por el Ateneo Antoniano y Dtor por la Univer– sidad de Salamanca, ex-Prof. de Teología en su Provincia y actualmente colabovador de la ,sección teológica en el Colegio de Quaracchi. La ponencia: Comienza a 1 gradeciendo la oportunidad que se le ha dado de presentar en este Congre• so su estudio, por el que viene preocupán– dose desde hace tiempo, aunque más pro– fundamente desde hace dos años. La base 16 aun a base de recurrir a ficciones jurídicas. Es necesario conocer las leyes y el espíritu. Las leyes son arnpHas, p•ero no tanto como para dar cabida a la III Orden dentro de la I. Tengamos comprensión por la debilidad humana, pero claridad en los conceptos y en el alcance de las leyes. Se concluye con una precisació·n: -Todos estamos de acuerdo en querer: 1) el espí– ritu frn.nciscano, 2) encarnado en formas, 3) que sean auténticas (p.ej . no pretender pobreza en teoría y el lujo en la práctica). Las divergencias se refieven a la concre– tizació,n de esas formas; pues no pueden ser simple copia de las del siglo XIII, sino deben adaptarse al siglo XX. Necesitamos formas actuales que encarnen el espíritu franciscano. Así ha quedado planteada en toda su vi– veza nuestra problemática fundamental. El P. Director del Congreso exhorta a todos a seguir la discusión en privado. franciscanismo la toma de la teología del Concilio, que aún está por hacerse: particularmente en cuanto se refiere al carisma, a los sacramen– tos y especialmente a la Confirmación, s la naturaleza de la vida religiosa. También está aún por hacerse el examen debido de las fuentes franciscanas; las leyendas y los géneros literarios lo dificultan mucho. El objeto de esta poneincia es el estudio del movimiento franciscano aislando lo que en S. Francisco es circunstancial (histórico- 1ocal); aunque presentada sin notas, tiene justificada cada frase. Quiere dar una vi– sión del franciscanismo a través de la ecle– siología, pues el franciscanismo es un ca– risma institucionalizado en la Iglesia. A) Por esto el ponente ha creído impres

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