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Las constituciones capuchinas de 1536 315 En los capítulos quinto al octavo encontramos estos agrupamien– tos: siendo Dios el último fin, cada uno debe tendere et anhelare a El (n. 63); recuerden los hermanos che siamo a l'hostaria, et mangiamo los pecados de los pueblos (n. 67); los guardianes no pueden edificare, ne distrugere convento alguno (n. 76); recíbase a los peregrinos y huéspedes, come ricerca la charita, et patisse la nostra poverta (n. 78); los frailes pecadores recurran a sus vicarios, ne li quali possano et debbano confidarsi (n. 94); al imponer la penitencia, los superiores piensen siempre en salvare, et non perdere el alma y la fama del pe– cador (n. 95); pero con misericordia le castiguen, pues el no hacerlo es aprire la porta del vicio a los pecadores et invitarli a cometer errores semejantes (n. 96); por eso, o puniendo, o perdonando, debe buscarse siempre la corrección del hermano (n. 99); en caso de insufi– ciencia del superior general, los tres primeros definidores possino et debbano convocar un nuevo capítulo general (n. 106). Parecida trayectoria siguen en este punto las constituciones en los capítulos nono al duodécimo. 2. Grupos ternarios Son menos frecuentes que los anteriores; pero se pueden obser– var bastantes ejemplos. En los capítulos primero al quinto hallamos los siguientes: los hermanos no sacerdotes asistan a la santa misa, et spiritualmente celebrino et si communichino, et offeriscano a Dio el divino sacrificio (n. 33); no se celebren funerales en los conventos, per evitare todo lo que puede ofender a la pobreza, per conservar la paz con los sacerdotes y evitar toda impureza (n. 38); los religiosos hagan oración mental. teniendo diligente cura di illuminar la mente et infiammar l'affecto. piu che di formar parole (n. 42); rueguen por el romano pontífice, pare. que Dios le dé la gracia de claramente sapere, efficacemente volere, et potentemente operar todo aquello que redunde en honor del Señor (n. 43); no se enfrasquen en el trabajo tanto que extinguino, diminui– schino, o ritardino lo spirito (n. 66); la pobreza evangélica consiste en non havere affecto a cosa terrena, usare queste cose del mundo parcissimamente [ ... ] et [ ... ] dare alli poveri quello che avanza a noi (n. 67). En los capítulos sexto al octavo señalamos estos ejemplos: Cristo, nascendo no halló lugar en la posada, vivendo habitó en casas ajenas,

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