BCCCAP00000000000000000001148

Las constituciones capuchinas de 1536 297 sommamente la salvación de los religiosos (n. 6); el mismo contempla a Dios singularissimamente en el romano pontífice (n. 7); se acepta per sommo privilegio el ser súbditos de todos (n. 8); los aspirantes no deben ser recibidos si no muestran poseer optima intentione y ferventissima volunta (n. 12); las túnicas deben ser vilissime, y el cordón, de cuerda vilissima, con nudos simplicissimi (n. 23 ); la po– breza es nuestra dilectissima matre (n. 27); se deben usar las cosas parcissimamente, quanto e possibile a la fragilitcí humana (n. 27), quasi per forza (n. 67); a Dios sommamenle dispiace la celebración irreve– rente de la misa (n. 32); los no sacerdotes deben asistir al santo sacri– ficio con somma reverentia, ofreciendo a Dios este gratissimo sacrifi– cio (n. 33); el celebrar es cosa di summa in1portantia (n. 34); háganse las disciplinas acostumbradas en memoria de la acerbissima passione y de la penosissinia flagellatione del dulcissimo Salvatore, y esfuér– cense los religiosos en sentir una partecita de los penosissimi dolori de aquél (n. 56); san Francisco quiso extirpar totalmente de sus frailes la avaricia, y, por eso, se desea dar cumplimiento íntegramente et plenariamente a sus intenciones (n. 57). En los capítulos quinto al octavo anotamos estos. ejemplos: se debe caminar a la perfección per la piu alta et breve via (n. 66); el seráfico padre consideró cómo Cristo fue siempre poverissimo en to– das sus cosas (n. 69); no permitan los religiosos que se les construya nada, si no es según la sanctissima povertate (n. 73); no deben aban– donar los frailes a su sanctissima madre poverta, y recuerden las pala– bras que solía decir el santo patriarca con effecto ardentissimo di amare (n. 84 ); pídase limosna para los pobres, a ejemplo del nostro piissimo Padre (n. 85); el altissimo et divino Sacramento, en el que se digna habitar il nostro dulcissimo Salvatore, consérvese in loco mundissimo y téngase in summa reverentia (n. 91); los superiores reci– ban a los frailes pecadores como fue acogido del piissimo padre el hijo pródigo (n. 94); celébrese el capítulo general de Pentecostés, como fecha accommodatissima elegida por san Francisco (n. 103). En los capítulos noveno al duodécimo encontramos los siguientes casos: Paulo sanctissimo predicaba a Cristo crucificado (n. 111); el oficio de la predicación es acceptissimo a Cristo, pues él lo ejercitó, proporcionándonos la saluberrima doctrina evangelica (n. 117); débese reverenciar a todos los predicadores, pues nos administran le sanctis– sime. parole divine (n. 119); éstos no deben llevar consigo muchos li– bros, para que más asiduamente puedan leer nel excellentissimo libro

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz