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12 Elizondo por la buena fama conquistada ante los estamentos eclesiales y pro– fanos, por el números de religiosos que la cor-:--1ponían y por la orga– nización interna, cada vez más precisa y acomodada a las necesida– des prácticas de la vida franciscana del siglo XVI. A las primeras exageraciones, dudas y fracasos siguió la marcha normal de la cre– cida familia; con problemas, es verdad, pero con sincero deseo de permanecer ella misma, imbuida del espíritu minorítico de pobreza, fraternidad, sencillez,_ humildad y entera dedicación al Señor y al bien de los hombres. Ultimamente había conseguido de Gregorio XIII el breve que le concedía extenderse por todo el mundo 44 • Viviendo su propria evolución, la orden había cambiado las im– precisas constituciones de Albacina, por las más realistas y concretas dede 1536, sometidas más tarde a revisión en 1552. Los sucesivos capítulos generales iban promulgando prescripciones más detallades, que concretizaban, cambiaban o anulaban puntos de la ley funda– mental. Por otra parte, la Iglesia, por mediación sobre todo del re– cientemente terminado concilio de Trento (1545-1563), establecía nue– vas normas, algunas de las cuales se referían directamente a la vida y apostolado de los religiosos y debían formar parte del derecho pe– culiar de los mismos. Una vez finalizada la solemne asamblea ecuménica, ya a partir del primer capítulo general se advierte el problema de la acomo– dación de la vida capuchina a los decretos conciliares, según veremos más adelante. Corría el año 1564. Más tarde, en el capítulo de 1573, a decir de Matías de Salo, testigo de excepción, se ordenó su inserción en el texto de las constituciones 45 • Gregorio XIII, en breve dirigido al cardenal de Santa Severina, Julio Antonio Santori, como presi– dente del capítulo de 1575, le manda que todo se disponga en él con– forme a las normas conciliares 46 • En el prólogo de los nuevos esta– tutos aparece diáfana la razón fundamental de la revisión: « Ma perche nel Sacro Concilio Tridentino, et dal Sommo Pon– tefice, si sono fatti alcuni Decreti, i quali era necessario inserire in 44 GREGORIUS XIII, Ex nostri pastoralis officii, 6 mayo 1574, en Bullarium ordi– nis, vol. I, p. 35. En 1575, la orden contaba con unos 4.000 religiosos (Brevis conspectus evolutionis ordinis fratrum minorum capuccinorum quatuor saecu– lorum spatio, en Liber memoria/is, Romae 1928, p. 329-332; MELCHlOR A POBLADURA, Historia, vol. I, p. 95-98. 45 MATTHIAS A SALO, Historia, vol. II, p. 330. 46 « Ita tamen, quod omnia, Decretis Sac. Concilii Tridentini prorsus se conforment, et nihil contra illa disponatur. Mandantes Tibi, ac ejusdem Ordinis Superioribus, ut ipsum Ordinem juxta dicti Concilii Canones, et Decreta, ac

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