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Cristo y san Francisco 85 la prescripción correspondiente. He aquí los principales casos, en los que explícitamente proponen frases del santo evangelio. La doctrina evangélica, fundamento de la vida franciscana, ense– ñada y promulgada por Cristo, fue ratificada por el Eterno Padre en el río Jordán y en el monte Tabor con estas palabras: « Questo e il mio Figliolo dilecto, nel quale mi so compiaciuto, esso udite » (n. l.) ~ 0 • Los hermanos, si quieren ser verdaderos hijos de san Francisco, deben imitar su vida y abrazar su doctrina, siguiendo las enseñanzas del Salvador, que dijo: « Se sete figlioli di Abraham, fate le opere di Abraham » (n. 6) 11 • Los frailes menores deben estar sometidos a toda criatura, según el deseo del seráfico padre, quien pretendía que sus hijos, invitad::ls en la iglesia a las bodas del celestial esposo, « cercassino di star nel ultimo loco, secundo il suo conseglio et exemplo » (n. 7) 12 • Débese atender cuidadosamente a la selección de vocaciones, « sapendo che, come disse la infalibil Verita: Molti sano li chia– mati, ma pochi li electi » (n. 12) 13 • Ningún aspirante sea admitido a la orden, si antes, pudiéndolo hacer, no ha distribuido sus bienes entre los pobres, según la voluntad de Cristo, quien « impose a quello adolescente, che monstrava di volere salvarsi, che se voleva essere suo discipulo, in prima vendesse tutto quello havea, et desse a li poveri, et di poi el sequitasse » (n. 15)- 14 • Haya en cada provincia una o dos casas de noviciado, aptas para el espíritu, en donde los maestros tengan diligente cuidado 10 Mt 3, 17; 17, S. 11 Jn 8, 39. 12 Le 14, 10. 13 Mt 22, 14. 14 MI 19, 21.

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