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EDICIONES LATINAS DE LA REGLA POR C. PLANTIN 73 aun c:.iando parecen idénticas, son diferentes, como puede comprobarse: al considerar la diversa composición tipográfica que a veces presentan, y al examinar con detención algunos grabados. Para nosotros, la edición primera es la que se halla en Mestre; la segunda, la existente en Roma, y la tercera, la que se conserva en Lucerna. Terminamos con la descripción bibliográfica completa de la edición de Roma; proponemos, además, las prime:-as páginas de la conservada en Mestre (las que ofrecen diferencias con la anterior; el ejemplar está incompleto), y la portada de la que se encuentra en Lucerna. En la segunda parte hemos efectuado un estudio comparativo entre las nueve ediciones plantinianas de la regla, aparecidas en los siglos XVI y XVIl. Y establecemos que las de 1624, 1631, 1661 y 1692 proponen los mismos textos, recibiendo los fundamentales de las tres colecciones de 1589, aun cuando silencian algunos escritos y presentan otros nuevos. Por eso describimos bibliográficamente la de 1624, con el objeto de que se comprueben mejor las concordancias y las diferencias. La de 1669 es un fasciculito, en el que aparecen sólo la regla, el testamento, el sumario de los preceptos y poco más (tomado de la anterior de 1624). La de 1644 discurre por cauces distintos, tanto en presentación externa cuanto en contenido. En tercer lugar hemos estudiado el problema de las fuentes y de la originalidad de la colección. Con respecto a las fuentes, observamos que en ella se encuentran: no pocos opúsculos de san Francisco, algunos escritos jurídicos relacionados con determinados documentos pontificios (bulas Exiit qui seminat, Exivi de paradiso, Qua elongati, Ordinem vestrli'n...), numerosos textos de carácter litúrgico, diversos tratados forma~ivos (explícitamente presentados a veces con sus autores respecti– vos). Si nos fijamos en la originalidad de la obra juzgamos que no reviste gran importancia, pues hemos encontrado otras, anteriores o coetáneas, con no pocos escritos presentados por la nuestra, con la peculiaridad de que vieron la luz en latitudes distintas: en los Países Bajos (Directorium Fratrwn Minorum, Antuerpiae 1530); en España, con la que tanta relación había en el siglo XVI (Manual sumario de la regla, Madrid 1583, del franciscano descalzo Antonio de Santa María), y en Italia (Regala unica, Veneth 1589, o exposición de la regla del capuchino Gregario de Nápoles). Pero, aun cuando esta constatación reste valor a la originalidad de nuestra obra, le otorga un interés extraordinario, al ofrecer argumento fehaciente de la inserción de la nueva familia capuchina en el árbol de la espiritualidad franciscana. Er:. el cuarto apartado hemos presentado algunos de los más impor– tantes o de los más característicos documentos que contiene la obra, sobre todo los que se relacionan más directamente con la vida y la espirit.rnlidad franciscanas: regla, testamento como glosa espiritual de la mi~ma, compendio de perfección minorítica, alabanzas de la regla y del testamento, fundamento evangélico de la norma de vida seráfica, institu:::ión divina de la regla, privilegios otorgados por el Señor al santo patriarca, virtudes de san Francisco a las que debe tender todo fraile menor admoniciones espirituales del santo, doctrina de san Buenaventura

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