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32 FIDEL ELIZONDO idéntico al conservado en Roma, aun en la parte correspondiente a la transcripción de la regla y al sumario de los preceptos de la misma. Ello implica, sin más, que se trata de una edición distinta de la que nos ofrece el ejemplar de Mestre. Pero ¿ los libritos de Lucerna y Roma pertenecen, en realidad, a la misma edición ? No lo creemos. Se trata bibliográficamente de dos impresiones distintas. a) Los grabados El primer argumento se desprende de los grabados. En la obrita de Lucerna aparecen dos más que en la de Roma: la impresión de las llagas del seráfico padre, antes del texto de la regla 22 , y el tránsito del santo, que precede a la transcripción del testamento 23 • En el ejemplar de Roma, estas páginas están en blanco. Estudiándolos con mucha detención, tal vez alguno crea que se trata de algo añadido a la obra, excelentemente realizado. Pero tal teoría pierde fuerza, si se los compara con otro, la Virgen del Rosario 24 , que aparen– temente se encuentra en idénticas condiciones y que, eso no obstante, se halla también en el ejemplar de Roma. Además, en la edición de la obra, publicada por la misma casa editora en 1624, se repiten también parecidos grabados antes de la regla y del testamento de san Francisco 25 • Por ello, creemos que el ejemplar conservado en Lucerna es posterior al de Roma. Se nos antoja impensable que alguien desvistiera a un santo (arrancando la hoja correspondiente de 1624) para vestir a otro. Son muchos los años que téoricamente separan a las dos ediciones (1589 y 1624), aparte de que los grabados no coinciden exactamente. Además, el grabado que representa a la Virgen del Rosario en la página 440, aunque parezca idéntico en los ejemplares de Lucerna y de Roma, no lo es; puede comprobarse, entre otros detalles, por la corona de la Virgen, de factura diversa y más cerca de la cabeza en el ejemplar de Roma. b) Composición distinta La existencia de las dos ediciones se demuestra, también, por algunos pasajes, en los que se observa la doble composición del texto. Propo– nemos dos ejemplos. En la censura de la obra, transcrita al final de la misma, no se corresponde la división de líneas: 22 Regula et testamentum, 10. Algunas ediciones posteriores de Amberes presentan un grabado semejante en idéntico contexto. 23 Regula et testamentum, 54, Aquí también sirve la advertencia formulada en la nota anterior. 24 Regula et testamentum, 440. 25 Regula et testamentum, Antuerpiae 1624, 10, 32. Lo mismo cabe advertir de las colecciones publicadas por Plantin-Moretus en 1631 (10, 32). 1661 (10, 32) y 1692 (6, 20).

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