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Constituciones capuchinas de 1575 277 silios sagrados bien precisos (n. 139) 162 ; los vicarios provinciales deben vigilar sobre ello y, al girar la visita, castigar a los culpables (n. 139) 163 • En el tema de la vocación misionera de la fraternidad, el triple texto de las constituciones coincide substancialmente: importancia de la conversión de los infieles y exhortación al envío abundante de personal, sin mirar a la escasez de religiosos en la provincia (n. 140b; n. 143 l. Terminado, con estas úlHmas recomendaciones, el panorama del capítulo doce, último de las constituciones capuchinas, la triple le– gislación propone algunos párrafos referentes a su interpretación y observancia, concluyendo con exhortaciones espirituales. La doctri– na es fundamentalmente coincidente: subsanación de las lagunas le– gales mediante el recurso al santo evangelio, a la regla franciscana, a las saludables costumbres de la orden y a los ejemplos de los santos (n. 141; n. 141); observancia, promulgación y obligación de las constituciones (n. 142. 145s.; n. 145. 148s.) 164 ; parquedad de cam– bios e:i las mismas (n. 143; n. 146); prohibición de estatutos provin– ciales (n. 143; n. 146); observancia de la regla (n. 144; n. 147). Las últimas cláusulas llevan el signo de encendida exhortación a la per– fecció:i evangélica y franciscana (n. 147s.; n. 150s), resumiendo la vida capuc:iina en Cristo, en quien todas las cosas son dulces, fáciles, ligeras, suaves, doctas, santas y perfectas, y a quien sean dados ala– banza honor y gloria sempiternos (n. 149; n. 152) 165 • 162 < Et pero prohibimo la recettione di qual si voglia cosa, ancorche m1111- ma d'cro, d'argento, di velluto, o seta; eccetto il calice, la bossola del Santissimo Sacramento, et Tabernacolo, et il velo da tenere sopra il tabernacolo » (Const. 1575, p_. 95). 1 " < Et i Padri Vicarij Provinciali quando andaranno alla visita dove tro– varam:o simili cose, diano la penitentia a chi l'ha ricevute, come disobedienti, et poco amatori della nostra semplicita et faccino che le siano rendute alli padroni, et non sapendo di chi siano le facciano dare ad altre chiese poverelle, essortando nondimeno che nella nostra poverta risplenda ogni monditia, et candidezza, et particolarmente nelle cose che appartengono al sacro altare, tanto nelle tovaglie, purificatori, et corporali, quali siano sottilissimi come nell'al~re cose, che servono al culto divino» (Const. 1575, p. 95). 164 Véase nuestro artículo Constituciones capuchinas de 1575. En torno a un center.ario, en Laurentianum 16 (1975) 3-52. 165 Las constituciones de 1552 suprimen este último número, y terminan en el pre:::edente (n. 151) con las siguientes palabras: « ll qualo [Cristo] sia bene– detto in eterno. Amen ».
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