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274 Elizondo En primer lugar, se mantienen firmes los rigurosos principios de no admitir el cuidado espiritual de monasterios, confraternidades y congregaciones de hombres o de mujeres, de no aceptar el ser confesores de los mismos (n. 132; n. 135), y de no acudir a monas– terios o casas religiosas de mujeres sin permiso del vicario provin– cial ( n. 133; n. 136), et con licenza de gli ordinarij, añaden los esta– tutos de 1575 15 4. La misma tónica, muy propia de la época y extraña a nuestra mentalidad, se observa respecto de las conversaciones con mujeres (n. 134; n. 137). Digno de atención es el último número, por la evolución que supone. Las leyes de 1536 y 1552 coinciden substancialmente sobre el ingreso de mujeres en los conventos. Antes de Pío V se observaba una disciplina mucho más amplia 155 • Por eso existe gran diferencia entre nuestro texto y los anteriores, explicable por las normas ecle– siásticas generales. 1536 « Item non volemo che in li no– stri lochi intreno donne, senza gran necessita, o per eccessiva de– votione, quando senza scandalo non se li potesse negare; et intran– do habiano honesta compagnia de homini et di donne. Ma avanti si admettino, habiasi prima el con– senso de li Frati de quel loco » (n. 138). 1575 « Siano dunque avvertiti i Frati tutti, per decreto del sommo Pon– tefice Pio Quinto, che dentro alle clausure di luoghi nostri non s'in– tromettano Donne di qual si voglia grado, stato, o conditione sotto le pene contenute nel suo decreto » (n. 135) rs6. 154 Según el concilio de Trento. (Cf. Concilium tridentinum, sessio XXV, c. 5 de reg., col. 174). Las constituciones de 1575, siguiendo la trayectoria de las inmediatamente precedentes, suprimen esta cláusula propuesta por las de 1536: « Perche diceva el nostro Padre s. Francesco, che Dio ci haveva levato le moglie, et il demonio ci haveva procurato le monache » (Const. 1536, n. 136) (Cf. Archi– vum franciscanum historicum 12 [1919] 383). 155 Véase el texto de 1536 que transcribimos a continuación. En el mismo número se dice: « Et siano deputati due maturi et santi frati ad accompagnarli, parlando sempre di cose edificatorie in Christo Signare nostro, et de la salute de l'anima, con ogni honesta religiosita et optimo exemplo » (Const. 7536, n. 138). El catálogo napolitano de los primeros s1:1periores generales de la orden llama la atención sobre el cambio operado en este particular por la legislación de 1575 (MELCHIORRE DA POBLADURA, Un catalogo inedito dei XV o XVI primi superiori generali dei minori cappuccini, en Collectanea franciscana 8 [1938] 78). 156 Cf. P1us V, Regularium personarum, 24 octubre 1566, vol. IV, pars II, col. 318 (ed. Magnum bullarium romanum, Graz 1965).

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