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CLEMENTE V EN LA HISTORIA DE LA MORAL 697 verdadera, significa tanto como decir que incurrieron en error no sólo los teólogos y sumistas medievales, sino también Clemente V y el mismo concilio ecuménico de Vienne. Quien quiera pronunciarse con acierto en esta alternativa, no debe perder de vista que la constitución Exivi de paradiso está concebida y redactada en el a:nbiente y bajo el influjo de la mentalidad medieval. Clemente V o, si se prefiere, el concilio de Vienne supone y emplea en su argumentación los principios y criterios propios de la edad media; pero hay que reconocer que no siempre los confirma y enseña explíci– tamente. Uno de los principios caracterítiscos de la teología medieval afirma que todo 1verdadero) precepto importa obligación sub mortali, y es éste tal vez el único principio que aparece bastante claramente recogido en la constitución clementina cuando declara: «Aperte dis– cernit [B. Franciscus] quod quoad quaedam ipsorum ex vi verbi transgressio est mortalis... : cum ad quaedam ipsorum verbum apponat praecepti vel aequípollentís eídem, et quoad aliqua verbis aliis sit con– tentus » 116 . Este pasaje significa, al mismo tiempo, que los verbos pre– ceptivos y equipolentes constituyen el elemento determinante o, por lo menos, el signo y criterio distintivo de la gravedad de las leyes y preceptos, y supone que las prescripciones no-preceptivas no importan obligación sub mortalí o, lo que es igual, que el pecado venial no cae bajo preceptc,. Si a esto añadimos que el objeto o materia de las leyes y preceptos significa muy poco en la determinación de su gravedad y que la voluntad e intención del prelado o legislador constituye el ele– mento decisivo y determinante, nos encontraremos ante los principios y criterios propios de la mentalidad medieval y de la constitución decre– tal Exivi de paradiso. Ahora bien; ¿qué juicio o valoración merecen estos principios y criterios en parangón con los propuestos por los teólogos de la edad moderna? a) Todo (verdadero) precepto importa obligación « sub mortali ». Este principio resulta incomprensible e inaceptable para la mentalidad de los teólogos y moralistas de la edad moderna. Sin embargo, creemos que hay que reconocer que no existe real y verdadera contradicción entre los teólogos modernos y los medievales. Efectivamente; el con- 116 CLEMENS PP. V, Const. decret. Exivi de paradíso diei 6 mai 1312, en Seraphicae legi~lationis textus originales, p. 235.

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