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Los institutos clericales y _laicales: canon 588 59 Ante ·estas afirmaciones, que parecen no responder a verdaderas constataciones, se puede tener la sensación de un retroceso que nos llevaría a revivir siglos de incultura y obscurantismo. Se explica todo más facilmente, tal vez, adviertiendo que una disposición normativa, . no bien entendida, ha ;:>odido dar ocasión a lamentaciones como la de que el hermano laico no pueda ser superior mayor, técnicamente ordinario, y poco más. Por otra parte, cuando movidos por aires de mentalidad iguali– taria, se apuesta por la mpresión de la representación por grupos, por ejemplo en capítulos, tales como educadores, superiores, predica– dores ..., porque tal designación pudiera resultar discriminatoria y no representativa, se saca la baza del privilegio en favor de los hermanos laicos. Estos tienen garantizada su posible participación por la vía normal del sufragio electivo. Si un hermano laico no ha resultado elegido, sin duda ninguna que esta falta de elección debe atribuirse a otras razones que no sean las de su condición concreta de laico, al igual que pudiera suceder con el hermano formador, superior, etc. Nadie por ello debería sentirse marginado. · . Se recurre también al fácil y cómodo argumento de una petición o recurso a la autoridad superior, en este caso Santa Sede, para que se publique un documento donde se revalorice la vida religiosa, especial• mente la laica!. Si la vida religiosa .es algo y si el compromiso del consagrado dice mucho, la una lo es y el otro lo dice pero, por su valor y vigencia propios e intrínsecos. Un documento, quizás, podría ayudar, pero no resolvería una crisis que alcanza por igual a la vida de consagrado laico como a la del ministro ordenado. Tal vez, hoy, más al sacerdote, no obstante que en algunos sectores se tenga puesta cierta esperanza en el resurgir del sacerdocio. Nuestros coetáneos esperan tambien que la vida religiosa o consa– grada sea realmente profética, algo que no podría ponerse de relieve mediante un documento, aunque este fuera el deseado complemento de la Exhortación apostélica « Christifideles laici >> y del Sínodo sobre la formación sacerdotal 50 • m1pres1on de que en algunos institutos religiosos se vive la situación de unos :sacerdotes que no llegan a ser « religiosos » y unos laicos que se « dignifican » en d servicio de empleados de .:asa... 'º Véase el reciente documento proveniente de la Congregacion para los institutos de vida cqnsagrada y las. sociedades de vida apostólica, Orientaciones so/Jre la formación en los i"lstitutos religiosos, de fecha 2 de febrero de 1990.

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