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Fr!ltemidad o régimen de los capuchinos 479 2. Consúltese de modo conveniente a todos los hermanos sobre los temas que se han de proponer al Capítulo y remítanse sus propuestas al ministro general. 3. Dése a conocer a todos los capitulares, con la debida antelación, la lista de temas elaborada por el ministro general con el consentimiento del definitorio; pe– ro es el mismo Capítulo el que debe decidir los asuntos que se han de tratar. Ambos dos puntos podrían estar situados o en el «Reglamento para celebrar el Capítulo general» o en las Ordenaciones. Su redacción actual responde a una necesidad bien sentida: la participación, quizá, no tanto a la menos valorada de la corresponsabilidad subsiguiente. Suplencia del ministro general 56 El ministro general y sus definidores residen en Roma. establece la constitución 120, 1 que añade en el punto 2: Ausente de Roma el ministro general, haga sus veces el vicario general. No se describe la figura del vicario general. Sus cometidos no son presentados de una forma específica. Se ha hablado de la elección del vicario general en la constitución 118,5. Ahora y aquí, se le atribuye, únicamente, el cometido de suplencia del ministro general, cuando éste está ausente de Roma. Y, para este caso o supuesto de ausencia del mi– nistro general, se r;gula el cometido del vicario, destacando un límite en el ejercicio de la ft:nci6n de suplencia del ministro general. La limitación está contenida en el punto 3 de la constitución 120 que dice: No obstante., se reservan al ministro general la confirmación de los mini• stros provinciales, el nombramiento de los visitadores generales y otros asun– tos que él mismo se reservare. Impedido el ministro general para ejercer su oficio, gobierne en toda la Orden el vicario general ~uien informará oportunamente al ministro general de los asuntos principales 5 • 56 «II Vicario generale» es el título con el que la traducción italiana anuncia este número de las Constituciones. 57 ' Constitucion 120,4.