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160 SATURNINO ÁRA hombres por la igualdad de su origen y destino; y son inalienables, por– que el hombre no es dueño para dejar de ser hombre, es decir, persona. Las diversas enumeraciones de los derechos fundamentales del hombre que se encuentran en los distintos documentos pontificios son el expo– nente del esfuerzo del Magisterio de la Iglesia por obtener una mayor ex– plicitación en la transmisión del depósito de la fe, y significan, sin duda, un progreso de la propia razón histórica cristiana, cuyo valor no viene dado por el número de los derechos reconocidos, sino por el valor intrín– seco del reconocimiento y de lo reconocido. Son síntesis auténticas, pero nunca definitivas, sino simplemente conjunturales, y en este sentido una verdad inconclusa. 1.4. Los derechos fundamentales del fiel en el Vaticano 11 La doctrina social de la Iglesia destaca la existencia de unos derechos de la persona humana que deben ser respetados por toda sociedad para el perfeccionamiento de la misma y de los individuos. Damos un paso más. y nos preguntamos, ¿qué hay de los derechos fundamentales del fiel en el actual momento jurídico . de la Iglesia? Porque los principios de con– vivencia de la sociedad natural a que hacen relación directa los derechos del hombre, aunque implícitos en la ley natural y Revelación, no son to– davía lo suficientemente específicos e idóneos para colmar el vacío que el Derecho del Pueblo de Dios tiene planteado en tomo al fiel y de los derechos fundamentales que, en función de esa condición, deben ser atri– buidos a todo bautizado en la comunidad eclesial 3 • La cuestión es muy delicada. En primer lugar, el Vaticano II no apa– rece como un Concilio de base doctrinal absoluta y absorvente, sino como una llamada de atención ante una evolución histórica. El jurista se en– cuentra consiguientemente sin apoyatura para romper con la canonística preconciliar. Pero el Vaticano II habla ciertamente de los derechos individuales del fiel a los que unas veces se refiere de forma implícita y otras de forma bien explícita, Así reconoce que «los laicos, al igual que todos los fieles cristianos, tienen derecho de recibir con abundancia de los sagrados Pas– ares los auxilios de los bienes espirituales de la Iglesia, en particular de la Palabra y de los Sacramentos» (L. G., 7). En cuanto al derecho a par- a Cfr. VILADRICH, Pedro, Teoría de los derechos fundamentales del fiel, Rd. Univer– sidades de Navarra 1969, p. 201.
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