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164 SATURNINO ARA los Hermanos Menores Capuchinos, celebrados en Quito en 1971 y en Taize en 1974; «La Vocación franciscana hoy», es la obra del Capítulo General de los Hermanos Menores de 1973, tenido en Madrid. Cuando hablamos en nuestro trabajo del proyecto de vida franciscana y los der~chos del hombre tenemos bien en cuenta todas esas declaraciones y conclusiones. Entendemos el proyecto de vida franciscana como una vocación a realizar, vocación profundamente evangélica y radicalmente cristiana. Nos servimos del Testamento, de los demás escritos del Será– fico Padre y primeros biógrafos. Pero nos referimos concretamente a la Regla y a las Constituciones particulares de las distintas Ramas de la extensa y frondosa Familia franciscana. El proyecto de vida franciscana, entendido, como programa de acción contenido en la Regla y Constituciones propias, constituye un conjunto de elementos espirituales y jurídicos, ambos teológicos, que quisieran compenetrarse en orden a hacer de la legislación un servicio pastoral y un auténtico instrumento de ayuda para la mejor realización del ideal evangélico. Enumeramos tres de sus notas más destacadas y señalamos su inci– dencia en los derechos fundamentales del hombre. 2.1. La fraternidad La fraternidad es, tal vez, la opción o valor más conocido como ele'– mento peculiar de la espiritualidad franciscana. La fraternidad tiene una doble vertiente: la espiritual y la estructural. Desde la vertiente espiritual el franciscano encuentra antes que la her– mandad como ideal de vida al hermano 5 • La fraternidad toma su origen del ejemplo de los doce apóstoles (algunos autores encuentran que el tér– mino frat~rnidad es bíblico) e indica una verdadera comunión entre los componentes de la familia franciscana que comporta las consiguientes actitudes de amor, servicio, caridad recíproca y expresiones afectivas des– critas por Celano (1 Celano, 38-39). Al modo de ser estructural corresponde la forma de vivir juntos los seguidores del proyecto de vida franciscana, con relaciones no sólo dis– tintas a las que tiene un mundo poco habituado al respeto de la igualdad humana, sino también distintas a las que tienen otros religiosos o miem– bros de vida en común e institutos seculares, y desde luego distintas de 5 Cfr. lRIARTE, Lázaro, La Vocación franciscana, Madrid 1971, p. 161.

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