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424 FrnEL ArzPuRúA DoNAZAR Pablo llega a Roma, el campo de misión que debía de haber sido suyo desde el principio (28,llss). Aún allá habrá un intento final, agónico, por ganarse a los judíos. Aun sin contexto social, no deja su componente judío en suspenso. Solamente al final de su epo– peya parece decir con rotundidad que, al fin, se dedicará solamente a los paganos. El libro acaba. Posiblemente su propósito final, de haber continuado, se vería de nuevo enturbiado 67 • ¿Cómo mirar a estas dos ciudades con la mirada del plan de Dios, plan de salvación histórica? a) Malta es la ciudad necesitada de sanación que acoge a quien le cura. En su apertura está su valor; en su necesidad, sus límites. Una ciudad necesitada y sanada, así habrían de ser las ciuda– des en las que se instale el mensaje, instancia de curación y de amparo. Cuando la orientación es hacia «los paganos», hacia la necesidad humana, los beneficios de la oferta evangélica son evidentes. b) Roma es la ciudad meta y trampolín. Meta porque el corazón de la urbe, la secularidad, es la diana hacia la que tiende la ofer– ta del Mensaje. El secuestro del mismo por parte de instancias religiosas no hace justicia a la propuesta del Evangelio que es una propuesta social, para la secularidad. Y, además, es tram– polín para, desde ahí, hacer una oferta de universalidad que no tenga ningún componente excluyente ni por razones religiosas ni sociales. Se cumple el deseo de Jesús, su anhelo de ser media– ción de entrega para todos. 2.4. A modo de síntesis narrativa Tras esta larga reflexión, queremos proponer, en otro lenguaje, en el género literario de «viajes», el itinerario de la primitiva misión 67 En Rom 15,24 habla Pablo de ir de paso para España. No se sabe, a ciencia cierta si vino, pero si lo hizo y hubiera en ella comunidades judías, se habría diri– gido a ellas.

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