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VER LA CIUDAD CON LOS OJOS DE DIOS 413 cuentan a las comunidades de paganos su conversión y a los jefes de Jerusalén «lo que Dios ha hecho con ellos». Aunque la decisión de Pablo es firme, oscila según conveniencias (15,3-5). La asamblea la dirimen los apóstoles. La comunidad, presente pero silenciosa. La portavocía de Pedro deja a Pablo en la sombra para no complicar las cosas. Su tesis es que Dios «lee los corazones» (15,8) y que, por lo mismo, no hay que imponer cargas adicionales a los paganos convertidos. Parece que la asamblea asiente (15,12). Pero Santiago da una réplica orientada en otra dirección tergiver– sando las palabras de Pedro: distingue a los paganos de los creyentes de Israel subordinándolos a ellos, niega toda novedad a lo expuesto por Pedro porque la restauración de la monarquía davídica es con– dición indispensable para la salvación de la humanidad que es «la obra» desde antiguo. Con estas premisas Santiago sentencia salo– mónicamente: que no se circunciden los paganos, pero que cumplan las prescripciones que los pensadores liberales judíos aplicaban a los paganos adictos que no se hacían plenamente judíos. Es decir, la comunidad ha de reflejar la clasificación religiosa y social que dima– na del estatus religioso. El compromiso acordado deja a Jerusalén fuera del horizonte de la nueva misión. (15,6-29). Da la impresión, por el intermedio de 15,30-35 que «la alegría» es por el primer paso de acogida, pero las comunidades siguen el itinerario marcado anteriormente. La ciudad, Jerusalén, ha dejado de ser, si es que alguna vez lo fue, cuna de la experiencia cristiana. Esta se desplazada definitivamente a Antioquía 48 . La asamblea sirve para clarificar posturas: Bernabé no acepta lo propuesto y toma de nuevo al «garante», Pablo acepta con más facilidad y hace campaña de la determinación de la asamblea (15,36-40). Su ritmo es otro. ¿ Qué mirada de parte de Dios, de los postulados de la fe, se puede echar a la ciudad que se enroca en sus decisiones de compo– nente judío? Madrid 1987, 699. 48 La vuelta de Pablo a Jerusalén en 21,lSss es residual en lo que toca a la ciudad.

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