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VER LA CIUDAD CON LOS OJOS DE DIOS 407 • La gestación de la nueva iglesia a raíz de la persecución y dis– persión de la comunidad helenista le sirve a Lucas para presen– tar en un amplio paréntesis en forma de tríptico la «conversión» de tres personajes: Felipe, corno portavoz de los helenistas que fundará en Cesarea una comunidad por primera vez de compo– nente mayoritariamente pagano (8,4-40), Saulo en representa– ción del fariseísmo (9,1-30) y Pedro corno portavoz del grupo de habla aramea que entrará en casas de paganos desistiendo de poner trabas para la pertenencia comunitaria (9,31-11, 18). Antioquía se constituye así en la ciudad de confluencia de los dispersos aun con supervisión de la comunidad de Jerusalén que envía a Bernabé (11,23). Por el camino, los dispersos ha– bían hecho «misión» en Fenicia y Chipre, pero siempre a judíos. En Antioquía se atreven a proponer el Mensaje a paganos por primera vez y «un gran número creyó, convirtiéndose al Señor» (11,21). Nace la identidad nueva: «fue en Antioquía donde por primera vez fueron llamados cristianos» (11,26) 37 • • Es algo remarcable que esta comunidad, ya desde estos balbu– ceos, tenga en sus genes el punto de la misión. De hecho un amplio texto explica con cierta minuciosidad la manera cómo se manifiesta esta iglesia cristiana (11,27-12,25). Comienza, sor– prendentemente, por la decisión de compartir sus bienes con los judeocristianos pobres de Jerusalén, lo que indica un grado notable de «comunión» (11,27-30). Consigna la persecución de Herodes Agripa I a los judeocreyentes de Jerusalén donde caen Santiago y el mismo Pedro y su trágico fin (12,1-4.18-23) y el éxodo que este segundo hace fuera de la institución judía como camino a seguir (12,5-17). Marcos, «el garante», reconoce a la comunidad (12,12.25) 38 • 37 Esto es considerado por los autores como un paso de gigante: C. G1L, La primera generación fuera de Palestina, en R. AouIRRE (ed.), Así empezó el cristianis– mo, Verbo Divino, Estella 2010, 144. 38 Juan Marcos vuelve a aparecer en 12,25; 13,5.13; 15,37.39. Se trata de al– guien (¿el evangelista?) que es denominado en 13,5 (aunque solamente aparece con el nombre de Juan) húperetés, notario, garante. Será causa de conflicto y división

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