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LA POBREZA ¿MALDICION O LUGAR DE ENCUENTRO? 285 des 21 • Una hermosa legislación como quizá no la haya tenido nin– gún pueblo ,del entorno. Pero es cosa muy distinta el grado de cum– plimiento real de todo este entramado de socorro al pobre. Tome– mos dos ejemplos : * En Lev 19,9-10 leemos: «Cuando cosechéis la mies de vues– tra tierra, no siegues hasta el borde de tu campo, ni esipigues en los restos de tu mies. Tampoco harás rebusco de tu viña, ni reco– gerás de tu huerto los frutos caídos; los dejarás para el pobre y forastero». Bues bien, este sencillo y práctico socorro al indigente recibe todo un tratamiento legislativo en el tratado Pe'a de La Misná, -que es un conglomerado de leyes para guardar este precepto levítico restringiendo al máximo la posibilidad de que el pobre se lleve una -parte -de la cosecha 22 • * En Dt 15 y Lev 25 se habla del singular precepto del año sabático y del jubileo : al cabo de siete años, los campos y una se– rie de posesiones vuelven a su primitivo dueño para revivir la gene– rosidad del Dios del Exodo y para inocular un eficiente correctivo a la degradación económica que perjudica a los pobres. Hermosa teoría nunca cumplida, al decir de los autores 23 • Es la buena voluntad. del hombre religfoso que intuye, legisla, anhela caminos de solidaridad pero no da con esa praxis mediadora de un cambio social. e) El amparo de la oración (salmos) Lumcz-MILOSZ ha llamado al Salterio «•El libro de los po– bres» 24 • Y ciertamente no se ha e,quivocado. El orante es un sufri– do 25 y uno que sufre la injusticia a raudales sin poder hacer valer sus derechos 26 • Cerca de ochenta empleos del término 'ani o 'ébyon 2 1 Cf. Dt 24, 14-15. 22 Cf. sobre todo Pe'a 2. 23 R. FABRIS, op. cit., p. 96. 24 Citado en L. JACQUET, Les psaumes et le coeur de l'homme, Vol. I, París 1975, p. 6. 25 Sal 10,12.17. 26 Cf Sal 22,27.

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