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LA POBREZA ¿MALDICION O LUGAR DE ENCUENTRO? 295 2. MECANISMOS REALES PARA EL ENCUENTRO Posiblemente no podamos sustraernos a los mecanismos de tipo asistencial, aunque tenga que ser con condiciones (no ponerlos al servicio ,de un proselitismo denigrante, que no sean una sordina a los problemas de los pobres, que no fomenten la pereza de los beneficiarios) y en esos niveles sociales donde otra cosa no sea posible. Pero habrá que tratar de orientarse más por la promoción, por aprovechar los recursos, humanos sobre todo, que indudable– mente tienen los sectores marginados y desde ahí tratar que ellos mismos labren su p,ropio futuro. Y no tanto saliendo de la po– br,eza cuanto haciendo que sean solidarios desde su propia expe– riencia de pobreza vivida. Finalmente, habría que tender a cam– biar las estructuras estando presentes en todas aquellas instancias decisivas para el futuro de los grupos sociales 55 • 3. MAS AL FONDO Quizá, al fondo ,de toda esta problemática, esté la necesidad de reformar hondamente nuestro concepto de persona y de socie– dad. La amplitud del planteamiento no tendría que hacernos desis– tir de él sometiéndolos a un determinismo incambiable. No es tan utópico el tratar al otro de igual a igual independientemente del rol que la sociedad le haga jugar. Así mismo tiene que estar en alguna medida al alcance de la mano el vivir como un buen vecino liberado de la enorme cantidad de prejuicios sociales que se acu– mulan sobre las personas. 4. EL PAPEL DE LO CRISTIANO Que lo cristiano quiera jugar un papel hegemónico en toda esta pretendida mutación es, contando con los enormes pesos de la historia, una fantasía. Es preciso ser realista. Pero también es cier.to que lo evangélico vivido a tope puede ser motor fuerte en este proceso, a la vez que se va liberando de las trabas históricas 55 Cf. L. GoNZALEZ • CARVAJAL, Con los pobres ..., Madrid 1991, p. 143 s.
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