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288 FIDEL AIZPURUA 2. LA POBREZA EN LA TRADICION EVANGE!LICA Creemos que, a estas alturas, no es necesario esforzarse por mostrar que Jesús de Nazaret, tal como nos lo presenta el Mensaje. es uno que hizo una fuerte opción de vida por el sector social mar– ginado de su tiempo y que la solidaridad con ese mundo es la clave para discernir su talante de persona 42 • Sin embargo, el creyente se refiere continuamente a él en busca de apoyo para las propias opciones. Es por eso que vamos a subrayar, desde nuestra propia visión, tres ras,gos singulares del modo de entender que tuvo Jesús al enfrentarse con el mundo de lo pobre en su época : * Filp 2,6-11: Aunque este texto no es evangélico, por su an– tigüedad y hondura teológica, nos viene muy bien para desvelar actitudes básicas de la realidad de Jesús. Todos sabemos que este himno lo ha incrustado Pablo en sus cartas a los de Filirpos para orientar las inevitables ,diferencias que surgen en la vida y evolu– ción de una comunidad :cristiana. Siempre se ha entendido este himno en el clásico esquema era Dios-renunció a su privilegio di– vino-vino a z:a tierra en despojo-por eso el Pad!r:e lo exaltó. Esta lectura trascendentalista quizá no sea la única posible. Si aproxi– mamos el tema ccaferrarse a su categoría de Dios)) a Gn 3,5 43 , te– nemos el siguiente resultado : Adán, creado como cdmagen y seme– janza)>, como 11amado a vivir en la línea de la justicia de Dios, se aferró a esa categoría que Dios le dió poniéndose en una perspectiva de inhumanidad; ahí justamente perdió toda su razón de ser y comenzó la larga y penosa tarea de construir lo humano. Jesús no hizo como Adán : no se aferró a una categoría de Dios en la historia que destruiría su potencial para crear humanidad sino que, al contrario, se metió en los fondos más bajos de la vida y desde ahí logró crear bases sólidas para una comprensión hondamente humana de la vida. Y acertó por,que el Padre puso el refrendo a ello. Por un lado, esta lectura rompe el trascendentalismo : Jesús 42 Cf. J. M. CASTILLO, El discernimiento cristiano. Por una conciencia crítica, Salamanca 1983, pp. 146-150. 43 Así lo hace J. M. GoNZALEZ Rmz, El Evangelio de Pablo, Madrid 1977, p. 103.
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