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492 FIDEL AIZPURÚA DüNAZAR co. Según ellos, es prototipo de hombre del Reino el publicano que, aunque pecador, reconoce ante Dios su limitación (Le 18,9-14); es prototipo de mujer del Reino, la pobre (nunca se dice que fuera una santa) que echó de su falta para socorrer al débil incluso en una me– diación tan discutible como el templo (Le 21, 1-4). Personas exclui– das que son propuestas como modelos de ciudadanía en el Reino. Mientras no veamos en las pobrezas más que una maldición (que la tienen y contra la que hay que luchar a brazo partido) no habremos descubierto las posibilidades de ortopraxis que se encierran en ellas. Efectivamente, en las pobrezas hay sueños incumplidos, gritos por la justicia, utopías alimentadas, perdones ofrecidos, solidaridades mantenidas (J. Sobrino). Desvelar esos elementos puede hacer que miremos el mundo de las pobrezas como ámbito no solamente de caridad y de socorro, sino también de ortopraxis, de maneras de hacer vivo el mensaje de Jesús. Estos serían los caminos marcados por Jesús que encuentran cierto eco en la visión del teólogo de Apo– calipsis. 6. ¿Pueden las víctimas redimir a los victimarios? Apocalipsis está escrito bajo el síndrome del victimismo con to– das sus quejas y duras condenas. Es comprensible dada la situación de injusta persecución que sufre la comunidad cristiana. Por eso, cualquier exabrupto que salga de la fuente de su dolor es bien com– prensible. Pero es preciso no cerrarse en el victimismo ya que esto no abre a un futuro distinto e incluso amarga el presente. El teólogo del texto, desde una visión especular, trata de mitigar ese victimismo y, quizá muy tímidamente, plantea el duro problema del victimario. ¿Qué se hace con quien nos persigue? Quizá sea preciso caer en la cuenta de que «el argumento del victimismo puede encontrar una alternativa en el principio del plu– ralismo» (J. FERNÁNDEZ, Ser humano, p. 335). Más allá de todas las estrategias de perdón real que se puedan poner en pie en orden a construir un futuro más reconciliado, el pluralismo, el respeto hacia la cosmovisión diferente del otro, puede ser un recurso de recon– ciliación. La persona llega a ser victimario por el menosprecio del

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