BCCCAP00000000000000000001123
488 FrnEL ArzPuRúA DoNAZAR la valoración de la persona desde la elemental dignidad de todo lo creado, considera que la bondad esencial está en el fondo de toda realidad, incluso de aquellos que moral o religiosamente son consi– derados como «malos». De esta manera se podría pensar en la bon– dad básica como un componente social, al alcance de todos porque subyace a toda realidad. ¿Es la bondad un ideal social desterrado? Muchos datos pasa– dos y actuales podrían dar pie a esa certeza. Un ejemplo histórico que nos ilumina: últimamente empieza a salir a flote la tremenda represión que ejercieron los vencedores de la segunda guerra mun– dial sobre los vencidos, los alemanes particularmente. Hasta ahora todo se ha narrado desde el lado de los vencedores entendidos como héroes liberadores sobre los malvados nazis comprendidos como la encarnación del mal. Pero resulta que los historiadores nos dicen que más de tres millones de alemanes murieron después de que se acabara oficialmente la guerra; dieciséis millones y medio de civi– les fueron expulsados de sus hogares, y en 1946 nacieron al menos 200.000 niños frutos de violaciones. Eso es lo que hace pensar que la bondad es desterrada del hecho social y que el mal se enseñorea del camino humano. «Es fácil cerrar los ojos ante el sufrimiento de millones. Basta con despojar a esos millones de su condición huma– na. Peor que las atrocidades cometidas contra los vencidos, peor que esos hombres achicharrados vivos que danzaron con espasmos agónicos en las farolas de Praga, son nuestras ganas de no ver y no saber. Me pregunto a cuántas cosas terribles les estaremos dando la espalda en estos momentos. Cuántas verdades brutales estamos pre– firiendo no conocer. Esto es para mí la esencia del Mal» (R. MON– TERO, El bien y el mal, p. 116). Si no fuera por personas como Janusz Korczak o Irena Sendler que salvaron a cientos de niños entregando su propia vida creeríamos que, efectivamente, la bondad ha sido desterrada de la historia. Pero no es así dejando por bueno aquel perfil de Dios que Jesús mostraba con metáforas sencillas pero contundentes: «Hace salir su sol sobre buenos y malos» (Mt 5,45). Dios no funciona en los parámetros morales del simplista esquema buenos-malos sino en la
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz