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CANTANDO EN TIEMPOS OSCCROS 483 No, la pobreza y la cárcel «durarán diez días» (Kai hesete thlipsin hemerón deka, Ap 2,10). Es decir, como aquel sufrimiento de la par– turienta del que se habla en el Evangelio (Jn 16,21), la intensidad enmarcada en la brevedad está indicando que habrá camino alter– nativos a los del rechazo, la condena del victimario y la instalación en el odio. Si no hay posibilidad de salir de ese círculo vicioso de perseguidor-perseguido, ¿cómo se va a llegar a la fraternidad? El sufrimiento de las víctimas puede ser, por paradójico que parezca, la única salida a la injusticia de los victimarios. No se está postulando la necesidad de que haya víctimas sino que, ya que de hecho las hay, estas son las que abrirán el cauce a una situación de humanidad para quien despreció todo planteamiento humano. Tal vez la lectura especular lea en ese «apuro y pobreza» de la pobre co– munidad la posibilidad de un camino distinto que el de la exclusión y el rechazo. 7. Recuperar el amor primero ( Ap 2,4) Según el autor. La comunidad de Éfeso ha puesto en evidencia la calidad de su fe porque ha desenmascarado a los «que se llaman apóstoles sin serlo» (Ap 2,2) y porque «aborrece las prácticas de los nicolaítas» (Ap 2,6). Es decir, de nuevo el vidente calibra la densi– dad de la adhesión por una cuestión de tipo doctrinal. Sin embargo, él mismo propone otro baremo (la lectura especular lo haría obra del teólogo, en una casi identificación): «han dejado el amor prime– ro» (Ap 2,4), es decil', la ilusión con que arrancó el camino del segui– miento se ha desvanecido y la rutina ha ocupado su lugar. Con ello se está queriendo decir dos cosas: a) la ilusión es elemento decisivo para una vida cristiana vigorosa y, si se pierde, queda desnaturaliza– da. Más aún, sin ese elemento de la ilusión la ciudad nueva no pasa de ser una ensoñación más que un sueño, algo hermoso pero inal– canzable de antemfano. b) es posible trabajar por recuperar ese amor primero, el verdadero amor al que se vuelve siempre, amor capaz de generar una vida creyente hermosa y activa. Vale más una pizca de amor excepcional que toneladas de amor rutinario y vulgar.