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432 FIDEL AIZPURÚA DoNAZAR una posibilidad a la humanidad entera (las naciones)» (J. MArnos, NT, p. 1224). Efectivamente, aquí el vidente y el teólogo parecen co– incidir en la respuesta especular: el control del mecanismo del poder es un beneficio para todos, sin especificar para buenos y malos. Los límites de tiempo, «mil años», «un poco de tiempo» (kjilia eté ... mikron kjronon, Ap 20,2-3) están indicando el largo camino que la humanidad, la creación, tiene que recorrer para verse libre de este mecanismo opresor. «Algunos opinan que Juan se inspira en la concepción judía según la cual a cada día de la creación habrían de corresponder mil años de historia; estos "mil años" serían el des– canso final, el sábado de la historia humana; sin embargo, la anun– ciada libertad del dragón por un poco de tiempo parece oponerse a esta idea» (J. MATEOS, NT, p. 1224). Coincide plenamente este requisito para la nueva sociedad con el sueño de Jesús para su comunidad: él ha querido que en su grupo nadie sea más que nadie y nadie menos que nadie, de no ser el débil por su necesidad. Así lo ha formulado taxativamente cuando ha dicho: «No llaméis a nadie jefe... todos sois hermanos» (Mt 22,15- 21). La nueva ciudad, el mundo reorientado se imposibilita ante el ansia de poder sin frenos. 5. El sistema vencido (Ap 19,21) La tercera visión que posibilita la nueva Jerusalén, el mundo nuevo, es la victoria contra la «fiera» y su «profeta» (To therion ... ha pseudoprophétés, Ap 19,19-20). Es lo que podríamos traducir hoy por el «sistema» (término que vuelve con fuerza) y sus herramientas de acción, el mercado y el consumo. El <~inete» que tipifica al Me– sías podrá sojuzgar a estos terribles enemigos por una razón simple: Jesús ha sido uno que se ha situado fuera del sistema, lo ha cues– tionado cuando se ha considerado incuestionable, su misma muerte «fuera de las murallas» es un dato no sistémico. Él ha propuesto y empujado en la dirección de lo alternativo (Me 9,42-49). Su fuerza radica en sus propias opciones vitales. Solamente desde fuera, desde el no hacer parte, se puede soñar en vencer la enorme fuerza del

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