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82 FIDEL AIZPURÚA DONAZAR 3) Argumentos viejos para una situación nueva (vv. 5-7.9.11.14-15) El autor construye su argumentación con planteamientos saca– dos de la espiritualidad del Viejo Testamento y de la vieja tradición judía. No se menciona para nada al Evangelio ni a las actitudes de Jesús, aunque dice referirse a las predicciones de los apóstoles (v. 17) y él mismo se califica como siervo de Jesús Mesías (v. 1). Sus argumentos son: a) Salida de Egipto (v.5): alude a las murmuraciones que vienen en Ex 15ss y Núm 14 y 21. No cita el hecho salvífico como tal de llegar a Canaán. Lo importante es para el autor el extermi– nio de los que no creyeron (Tous me pisteusantas apólesen, v. 5), no la fe puesta a prueba y lograda de quienes llegaron a la meta. La negativización caracteriza la argumentación. b) Caída de los ángeles (v.6): alude a Gen 6,1-4 y a Henoc 12,3. Dios castiga a quienes rechazan sus órdenes, los tiene «guarda– dos para el juicio... atados en las tinieblas» (Eis krisin mega/es hémeras desmois ai'diois hypo zophon tetéréken, v. 6). Están en espera de juicio. Cuánto más lo estarán estos insidiosos. Ni los ángeles podrían alegar derechos, incluso aunque se compor– tasen bien, cuánto menos quienes se comportan mal. La idea de juicio pervierte toda la argumentación. La propuesta de un Dios benigno incapaz de condenar, como Jesús lo sugiere zafán– dose como puede de la mentalidad reinante en la época que es la misma que la de Judas, deshace la argumentación (Mt 5,45). c) Sodoma y Gomorra (v. 7): alude a Gen 19. Es un castigo proto– típico para secular escarmiento. Isaías 34,9-10 lo aplica al reino emblemático de Edom: «Su país se vuelve pez ardiente que no se apaga ni de día ni de noche y su humo sube perpetuamente». La expresión «se entregaron a la inmoralidad» (Ekporneusasai, v. 7) está, tal vez, queriendo subrayar la supuesta conducta li– cenciosa en materia de sexualidad de los infiltrados. Siempre el tema de la sexualidad en la estigmatización por causas reli– giosas. La apropiación del Dios para el escarmiento ajeno es típica de los fanatismos religiosos. La posibilidad de devolver

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