BCCCAP00000000000000000001122

MISTERIO DE EXCLUSIÓN 79 de finales del siglo I) hoy no es de recibo. Nos está costando mucho construir una mentalidad pluralista, flexible, ecuménica, en los pa– rámetros marcados por el Vaticano 11. No vamos ahora, para no incurrir en contradicción, a dar cancha sin más a unos planteamien– tos religiosos y antropológicos que queremos superar. De tal ma– nera que la ganancia de leer hoy Judas deriva, justamente, de esta posición encontrada con él. El lector se percatará que esta opción condiciona toda la lectura que hacemos de este texto. Tengamos presente que la carta de Judas es un escrito pseudo– nímico de finales del siglo I en fuerte dependencia con la tradición judía, tanto del Antiguo Testamento como de la literatura judía de la época que queda reflejada en el mismo texto (vv. 9.14). Su griego es bueno y hasta elocuente. Sus contenidos resultan ásperos. Quizá por eso ha tenido muchas dificultades para entrar en el Canon (no lo hace hasta el 180) y muchos eximios estudiosos de la Palabra la ha mirado con suspicacia. Esta carta aparece casi íntegra en 2 Pe (menos 6 versículos), lo que muestra su parentesco ideológico y la similitud de fechas, y el objetivo es casi similar (el tema de las falsas doctrinas, aunque en 2 Pe se deriva a la cuestión del retraso de la venida plena del Señor). De cualquier manera, en su fondo, el texto lleva al lector a plantearse el misterio de exclusión en que, con frecuencia, discu– rre el caminar humano, cómo y por qué se elige la confrontación en lugar del diálogo, el insulto en vez de la acogida, sabiendo que esos caminos son improductivos. A veces queda la sensación de que todo eso de las falsas doctrinas es una cortina de humo que oculta alguna otra cosa, tal vez el tema del poder porque perder terreno en la doctrina es perder influencia en los colectivos humanos y eso conlleva la pérdida de poder. Hay que ver si, entonces como ahora, los procesos inquisitoriales que, tanto social como religiosamente, apuntan a la exclusión no son sino una defensa del poder al que uno se aferra con uñas y dientes. Si esto fuera así el colectivo cristiano habría de estar atento para entender que la pretensión de la verdad plena tiene, tal vez, como trasfondo el afán por mantenerse en un poder sobre los demás, cosa

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz