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LA PALABRA: EL DIALOGO DE DIOS CON LA HISTORIA vuelve lenguaje enriquecido de Dios a nuestra historia de hoy 8 • En ese caso, los presupuestos anteriores se ven definitivamente completados en el enriquecimiento y dinamización que el ser his– tórico de Jesús aporta a la realidad de la Palabra salvadora.. En conclusión y a modo de síntesis primera proponemos esta visión del tema a tener en cuenta antes de valorar los textos bíbli– cos : en la Palabra Dios habla a la historia humana comprometién– dose con ella, dirigiéndose a los niveles más vivos de su realidad, haciendo derivar de ahí una responsabilidad inmediata hacia la misma realidad histórica. Este lenguaje dinamizador queda defini– tivamente enriquecido en· la realidad histórica de Jesús vivida en el estilo de seguidor del creyente. 2. LEYENDO LA PALABRA ¿Es éste el marco en el que se inscribe la Palabra bíblica? Una lectura crítica y creyente de los textos del NT, Palabra ccenriqueci– da)) dentro del Mensaje, quizá nos confirme en nuestros presupues– tos, a la vez que aportará la frescura peculiar de lo «vivo y enérgi– co)> (Heb 4,12). Dios mezclado con la historia: Jn 4,26 Soy yo, el que hablo contigo Una de las «obsesiones)) básicas del Evangelio de Juan es mos– trar a Jesús como definitivo revelador de la transcendencia de Dios en la historia. De ahí que el Evangelio de Juan esté plagado de «fórmulas revelatorias)), Tenemos una de ellas en este texto que corresponde a la culminación de un proceso de «limpieza)) (en la figura del diálogo con la mujer de Samaría) de cualquier obstáculo que la historia o la religión puedan poner a la aceptación de Jesús 8 Cf. J. B. METZ, La fe en la historia y en la sociedad, Madrid 1979, pp. 213-227.

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