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312 FIDEL AIZPURÚA tento de Pablo por construir una vida en libertad contra la corrien– te del judaísmo de la época que no contempla en sus mecanismos legales este elemento básico de la antropología humana. Se puede también adelantar, ya desde estas líneas iniciales, que, en Pablo, el problema no es tanto la libertad cuanto el Evangelio por el que vive y lucha. Pero es que el Evangelio, la experiencia cristiana entra en barrena cuando se la despoja de la libertad esencial. «La carta a los Gálatas es el manifiesto de la libertad cristia– na... Pablo enseña que el crecimiento personal al que Dios llama al hombre no se obtiene por la fidelidad meticulosa a un código de le– yes o reglas, sino por el uso responsable de la libertad... La relación creadora del hombre no se establece con un código, sino con Cristo, presente en lo profundo del ser (2,20) ... La libertad de toda coac– ción, de toda atadura de preceptos, la obtuvo Jesús para el hombre (5,1); la responsabilidad (en lenguaje teológico amor a sí mismo y a los demás; 5,14) se identifica con el interés activo por la libertad y el crecimiento humano y cristiano propio y del prójimo. Ésta es la norma y la guía de la libertad (5,12); no un código escrito, sino el diálogo con el Espíritu de Dios: la iniciativa, la creatividad propias del amor fraterno son opuestas a la uniformidad y extrinsecismo de la Ley (5,18); y cualquier ley pierde su validez si sofoca la conducta guiada por el Espíritu (5,23)», (J. MATEos, NT, pp. 914-915). La raíz antropológica de tales planteamientos quizá haya que buscarla en el hondo anhelo de libertad que anida en las entrañas de lo humano. La historia hace ver que, como un denominador común, el viejo concepto epicúreo de la adespotía sigue vigente. Aristóteles es el gran teórico de la polis, y con ello del sistema: «El que no puede vivir en sociedad o no necesita nada por su propia suficiencia, no es miembro de la comunidad, sino una bestia o un dios» (Política, l,2,1253a, 27-34). Posteriorm_ente el epicureísmo elaboró la teoría de la «adespotía»: «(Ante la opresión del sistema) era necesario bus– car en sí mismo una libertad interior que franquease a los hombres: la vida "adéspotos", sin dueño. En esta palabra se centra una de las ideas típicas de la nueva sabiduría», (J.A. FESTUGIERE, Épicure et ses dieux, p. IX). Es decir, por causa de la pertenencia a un sistema

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