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198 FIDEL AIZPURUA, OFM CAP a) Profeta de un Padre Todo el tema del profetismo de Jesús cobra un giro radical– mente nuevo al ver que el ohjeto del desvelamiento profético· no es Dios como tal sino la realidad de un Padre. Efectivamente, el viejo profetismo de Israel había hablado siempre de Dios y fre– cuentemente con acentos de gran dureza 19 • Pero he aquí que Jesús, con .el peculiar uso del vocabulario de la filialidad 20 , ha <<profeti– zado» para el hombre la naturaleza del todo relacional que es la de Dios como, analógicamente, lo es la de un padre con su hijo 21 • En ese sentido la obra salvadora de Jesús se ve envuelta del todo en un hacer profético desvelando la necesidad que Dios tiene del hombre para hallar él mismo sentido a su ser relación 22 y desve– lando, por supuesto, la solución definitiva que es para el hombre el que Dios se relacione con él, el que más allá de toda la contin– gencia lo suyo es relacionarse con Dios al modo como un1 hijo amante se relaciona con su padre 23 • Comprender esto no sólo es conectar con los contenidos proféticos de la vida de,l Jesús his– tórico sino, al mismo tiempo, es poner los previos necesarios para una nueva comprensión de lo cristiano no tanto ·desde el lado de los mecanismos religiosos, cuanto desde la fe misma ·del J e,sús evangélico. h) Pro/eta de la transcendencia de Dios en el hoy <J,el hombre Esta ha sido la meta general del profetismo de Israel : des– velar la huella de Dios en las circunstancias de la vida, ·sobre todo 19 Aunque a veces con acentos de gran ternura. Cf. Is 49,15. 20 Al parecer, según J. JEREMIAS, op. cit., p. 52 y 80-86, es expresión pecu• liar de Jesús y una de sus mayores aportaciones como novedad de su Mensaje. 21 De tal manera que la descripción teológica de 1 Jn 4,8 podría entenderse como <CDios es relación». Del Padre ha aprendido el oficio de <Cponer .en.._pie a los muertos», Jn 5,21, que ejercita con el hombre, máximo grado de relación y entrega., 22 J. M. ZuNZUNEGUI, Crisis de oración, oración nueva, Donostia ·1982, pp. 17-18. 23 No tendría otro sentido la frase de Jµ ¡4,2;

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