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196 FJDEL AJZPUBVA., OFlll CAP n EL PERFIL PROFETICO DE JESUS EN EL EVANGELIO l. RECUPERACION Y SUPERACION DEL VIEJO PROFETISMO 7 El juicio popular sobre Jesús, según los Evangelios, es que más que un maestro era un profeta 8 • Por ello fue respetado 8 y escar• necido 10 • El mismo parece atribuirse este título 11 • Más aún, según textos como Jn 1,32 asistimos, según el testimonio que el cuarto Evangelio pone en boca del Bautista, a una identificación entre el Espíritu de Dios y la historia de Jesús. «He contemplado al Es– píritu que bajaba como una paloma desde el cielo y se quedó sobre él». Según este texto, lo más vivo del dinamismo de Dios, lo que llamamos Espíritu, ha venido a coincidir con el marco histórico dt la persona de Jesús, prototipo y símbolo de toda otra historia humana, de la historia, sin más. El Espíritu est~ en la historia· y únicamente en ella. Mediríamos bien la novedad d.e estos planteamientos si tene– mos en cuenta dos cosas. En primer lugar que, según dice J. Jere– mías 12 , el espíritu profético era, en tiempos de Jesús, algo ccextin– to» 13 • Así lo consideraba tanto la Escritura 14 como la literatura 7 Entre la amplia bibliografía se puede ver: R. AGUIRRE, El pro/eta de Ga– lilea, Bilbao 1980; J. L. ESPINEL, Mesianismo escatológico de Jesús desde sus accio– nes proféticas, en «Salmanticensis» 23 (1976) 99-127; E. GALLEGO, La misión pro– fética de Jesús. Reto a, una sociedad con ansias de ser feliz, en Biblia y Fe 14 (1988) 208-231. 8 Cf. Me 6,15; 8,28; Mt 21,11; Le 7,16; Jn 4,19; 6,14; 7,40-52; 9,17. 8 Le 7,39, Me 8,11. 10 Le 22,36; Me 16,45. 11 Cf. Le 13,33; Mt 23,31; Jn 4,44. 12 J. JEREMIAS, Teología del Nuevo Testamento I, Salamanca 1973, pp. 97-. 107. 13 Extinto y devaluado ya que a la primitiva comunidad no le gustaba ex– cesivamente el título de profeta aplicado a Jesús, por considerarlo bajo para él (Cf. J. ]EREMIAS, ibid., p. 101). 14 Cf. 1 Mac 4,46; 9,27; 14,21.

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