BCCCAP00000000000000000001118

424 FIDEL AIZPURÚA DONAZAR candalizarse por el mal del otro es no haber entendido nada de lo que es la persona y tampoco de lo que demanda la fe hu– manizadora de Jesús 45 . 6) Volver a experiencias de «amor primero»: Esta puede ser una manera de percibir cómo la espera próxima se enraíza en si– tuaciones elementales de vida. Los amores primeros son, con frecuencia, amores decisivos, cosa que ocurre en el plano afec– tivo y en el existencial. Volver a esa experiencia, pero teniendo el cuidado de situarla en los contextos nuevos de hoy, puede ser un fuerte dinamismo para activar la expectativa cercana, la espera próxima de poder construir un estilo de vida nue– vo46. 2 Pe recuerda constantemente los orígenes de los que ha brotado la experiencia cristiana. Es que esos orígenes son de– terminantes para el decurso de la misma. Parecida situación se da en el resto de la vida: las experiencias primeras están mar– cadas, muchas de ellas, por fuertes aportes de entrega, radica– lidad, entusiasmo, utopía, búsqueda. Volver a conectar con ellas y situarlas en el momento actual puede dar a la vida un color de novedad que la haga inmune a cualquier desilusión. 3. Lectura social De la lectura reflexiva de 2 Pe pueden derivarse algunas valo– raciones sociales que lleven a considerar al camino histórico como el marco necesario y posibilitador para el cultivo de la espirituali– dad de la espera próxima. 45 «Y en esto quiero conocer si amas al Señor y me amas a mí, siervo suyo y tuyo, si procedes así: que no haya en el mundo ningún hermano que, habiendo pecado todo lo que pudiere pecar, se aleje jamás de ti, después de haber visto tus ojos, sin tu misericordia, si es que busca misericordia. Y si no buscara misericor– dia, pregúntale tú si quiere misericordia. Y, si mil veces volviere a pecar ante tus propios ojos, ámalo más que a mí para atraerlo al Señor; y ten siempre misericor– dia de los tales11: S. FRANCISCO DE Asís, Carta a un ministro, en Los escritos de Francisco y Clara de Asís, Arántzazu 2001, 86. 46 La preconizada «vuelta a las fuentes» del Vaticano II es deudora de este di– namismo: PC 6.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz