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ABRAZAR EL FUTURO CON ESPERANZA 249 Pero, como decimos, el tiempo está haciendo de, otro modo y sin Espíritu, lo que nos negamos a hacer. 6. Por paradójico que parezca, quizá se esconda en todo esto un germen resurreccional. Es decir, tal vez surgiría un estilo de VR que hoy no controlamos, pero que tiene que ver con la pujanza del Espíritu. Cuando no se conocen grupos que hayan tomado esta determinación, todo esto nos parece realmente ciencia fic– ción. 7. De cualquier manera afrontar los cambios acomodándose sim– plemente a ellos no sé si realmente nos lleva a ninguna parte. Si no incluimos algún tipo de determinación el panorama no se despeja. Seguir empeñados en la orientación recibida es algo que está cargado de montones de interrogantes. He aquí los desafíos y las posibles puertas a franquear. 3. Asaltar el futuro 1. La Carta Apostólica del Papa Francisco con ocasión del Año de la Vida Consagrada habla de «abrazar el futuro». Pero el futuro es esquivo. No se deja abrazar. Hay que asaltarlo. Eso quiere de– cir que el futuro no se nos va a poner a tiro sin más. Aun hacien– do fuertes discernimientos quizá le cueste salir. Aún haciendo fuertes acopios de materiales, quizá su construcción sea compli– cada. Son «tiempos de embarazo» para un parto no fácil. 2. No habrá que ceder a la persistente «tentación gnóstica». Frases aparentemente tan atractivas como que «seguiremos teniendo futuro si nuestro tesoro es el Señor Jesús», hay que llenarlas de una real vuelta al Jesús evangélico, si no queremos que queden en un mero sentimiento piadoso 18 • La vuelta a una experiencia de neoreligión puede ser fatal. Los religiosos cansados se sitúan en ella por rutina; los más piadosos por preservar el sentido; los 18 Es una de las tesis de J. A. PAGOLA, Volver a Jesús, Ed. PPC, Madrid 2014.

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