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El rito de la profesión en la Orden franciscana 191 bulada completa más la materia de la profesión: « Finito anno probationis, recipiantur ad obedientiam promittentes vitam istam semper et regulam observare )) (31). Y puesto que, como se dice al comienzo de la misma Regla: « Regula et vita minorum fratrum haec est, scilicet, Dornini nostri Iesu Christi sanctum Evangelium ·observare, vivendo in obedientia, sine p,roprio et in castitate )) , fue fácil llegar a una redacción fija de la fórmula que debía recitar, en manos del ministro, el novicio admitido a la profesión. Es posible que en vida de san Francisco existiera ya tal como la hallamos insertada en las constituciones narbonenses de 1260: Ego frater N., voveo et promitto Deo et beatae Mariae Virgini et beato Francisco et omnibus sanctis et tibi, Pater, toto tempore vitae meae, servare regulam fratrum minorum per dominum Hono– rium papam confirmatam, vivendo in obedientia, sine propio et in castitate. Et qui eum recipit promittat ei, si haec observaverit, vitam aeternam (32). Resulta interesante la comparación con la fórmula dominicana transcrita arriba, tanto por la semejanza del texto como por la di– ferencia notable en el objeto de la promesa. El profesante dominico promete obedecer hasta la muerte al maestro general y a sus suce– sores <e secundum regulam beati Augustini et institutiones Ordinis fratrum praedicatorum )) , mientras que en la profesión franciscana el objeto de la promesa hecha al superior es de guardar la Regla y observar por toda la vida los tres consejos evangélicos. Pero, además, hay una innovación de gran importancia, aun desde el punto de vista de la evolución del concepto jurídico y teo– lógico de la profesión religiosa. Por primera vez se habla de voto (33). todo hace pensar que la expresión Voveo fuera dictada expresa– mente por Inocencio III o su sucesor. Hemos visto ya la mención (31) lbid. 20. (32) AFH 34 (1941) 40. (33) Cfr. K. EssER, op. cit., 163.

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