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La via de la conversión 455 ven la verdadera luz, que es Jesucristo nuestro Señor. Y éstos no tienen la sabiduría del espíritu... Mirad, vosotros, ciegos ... , que es dulce cometer pecado y amargo servir a Dios )) (6). Los biógrafos modernos no han dejado de notar la importancia de la aproximación progresiva del joven Francisco a los pobres en el proceso de su conversión (7); pero ninguno, que yo sepa, ha puesto de relieve el papel de esos hechos en cuanto respuesta a una revelación cada vez más clara, cada vez más apremiante, del Sal– vador, y en cuanto descubrimiento del ideal de la « pobreza y humildad de nuestro Señor Jesucristo >>, que llegaría a ser el centro de su vida según el Evangelio. En san Pablo el « Yo soy Jesús a quien tú persigues >> fue un rompiente de luz insospechada que vi– vificaría toda su visión teológica del misterio del Cristo presente en sus miembros los fieles; así también para Francisco el hecho de haber llegado al encuentro con el Cristo a través del pobre, sobre todo a través del leproso, iluminaría su concepción total de la En– carnación y del seguimiento del « Cristo pobre y crucificado>>. La trayectoria seguida por la gracia en el caso del hijo de Pedro Bernardone no es una excepción, sino estilo muy normal en la economía de la salvación. << La elección de Israel y su historia muestran que Dios se revela en la pobreza n, ha escrito el padre Cangar (8). Es, sobre todo, vía auténtica de conversión: « Día tras día me buscan y quieren saber mis caminos, como si fueran un pueblo que ama la justicia... ¿Sabéis qué ayuno quiero yo? dice el Señor Yahvé: Romper las ataduras inicuas, dejar ir libres a los oprimidos ... , partir el pan con el hambriento, albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo y no volver tu rostro ante tu hermano. Entonces brillará tu luz como la aurora, y se dejará ver pronto tu salud... Entonces llamarás y Dios te oirá; le invocarás, y El dirá: Aquí me tienes... >> (Is. 58, I-IZ). (6) H. BoEHMER, Analekten zur Geschichte des Franciscus van Assisi, Tübin– gen 1930, 37. (7) Cfr. O. ENGLEBERT, Vie de saint Fran9ois d' Assise, Paris 1947, 65-74. (8) Y.M. CoNGAR, Per una rifiessione súl mistero dei poveri; en P. GAUTHIER, La Chiesa dei poveri e il Concilio, Firenze 1966, 251.

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