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454 Lázaro de Aspurz 4. VOCACIÓN RELIGIOSA En los escritos de san Lorenzo no se halla ninguna expos1c10n expresa sobre la vocación religiosa; pero ciertas aplicaciones y ciertos incisos breves dejan suponer que, cuando se ofrecía oportuni– dad, no dejaba de ponderar las excelencias de la vida de consagra– ción, si bien en el tono de predicador moralista del tiempo: dando como motivación fundamental la vanidad de las cosas terrenas y el desprecio del mundo. « En este mundo - escribe - hay muchos géneros de vida, ya buena ya mala. Cristo enseñó que hay dos géneros de vida buena, al responder al adolescente que le preguntaba: c·Qué tengo que hacer para lograr la vida eterna? Le dijo: Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos (Mt rg, 17). Este género de vida es bueno y lleva a la salvación; pero el otro es mucho mejor y más seguro: Si quieres ser perfecto, vete, vende todo lo que tienes ... (Mt rg, zr) >>. El primero es de obligación, el segundo de consejo. Jesús llama a sus seguidores de en medio del mar del mundo, « mar tempestuoso, lleno de oleajes peligrosos, de luchas, de disensiones >), y los llama para « procurar la salvación propia y la de los demás >> (49). Es claro que se mueve dentro de la exégesis tradicional del texto evangélico, dando a la expresión Si vis perfectus esse un sentido ascético y viendo en ella la invitación, dirigida a los após– toles y a los religiosos, a abrazar el estado de renuncia, como un estado más perfecto que el de los simples fieles, y contraponiendo lo que es de « precepto >> a lo que es de « consejo )>. Ni la recta interpretación bíblica del pasaje, por lo demás ciertamente voca– cional (50), ni la teología actual de la vida religiosa concuerdan con ese modo de razonar; pero era común en la época del santo. (49) Sanctorale, Ibid. IX, 336-340. (50) Cfr. S. LÉGASSE, L'appel du riche. Contribution a l'étude des fondéments scripturaires de l'état religieux (Paris 1966) 184-214, 227-255.

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