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452 Lázaro de Aspurz de Cristo a los apóstoles y por medio de éstos a sus sucesores los obispos, es decir a la Iglesia jerárquica, Lutero habla de otros intermediarios al tratar de justificar su misión propia: « Hemos sido, pues, también nosotros llamados por autoridad divina, no inmediatamente por Cristo, como los apóstoles, sino mediante los hombres, a saber, por boca del príncipe, quien me da la seguridad de que mi vocación es cierta y divina >> (41). En otros pasajes Lutero ve el intermediario de la vocación divina en los magistrados de la ciudad, en el pueblo, en la universidad ... ; él mismo se consi– dera órgano legítimo de la comunicación de la misión divina a otros predicantes. En todos estos casos Dios llama por intermedio de la Iglesia considerada como pueblo de Dios (42). San Lorenzo se vuelve airadamente contra esa desviación de la línea establecida por Cristo, y sobre todo, contra esa concepción democrática y po– pular de la Iglesia (43). Pero es que, a pesar de sus afirmaciones, Lutero nunca tuvo personalmente esa certeza de la propia misión divina, certeza que él mismo dice ser necesaria en quien se lanza a anunciar la palabra evangélica. En sus escritos se ',hallan pruebas abundantes de su propia inseguridad; y san Lorenzo recoge cuantos textos puede para ponerla de manifiesto. En momentos sabemos que se convertía en zozobra angustiosa, como cuando escribía en su comentario a la epístola a los Gálatas: << Es horrible cuando la conciencia dice: Has hecho todo esto sin vocación. Entonces uno siente todo su ser sacudido por un terror tan grande, que quien no es llamado desearía no haber oído nunca la palabra que enseña, ya que la desobediencia convierte en malas todas las obras por buenas que sean >> (44). Y después de acorralar a los luteranos con este ataque a base de los mismos textos de su maestro, san Lorenzo concluye: Lutero, fuera de su sacerdocio y de su doctorado, que fueron legítimos - (41) !bid. 72; Additam. 17, p. 432. (42) Cfr. ibid. 90-98; Additam. rr, p. 400. (43) lbid. 93s. (44) Ibid., 82.

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