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La vocación en san Lorenzo 447 su concepción, fue atraída hacia Dios, se adhirió a Dios con el nudo indisoluble de la caridad ... >> (29). Esa misteriosa invitación, antes de convertirse en atracción para desembocar en compromiso con Cristo, tiene un recorrido que .arranca del don general de la· fe : << La vocación se realiza por la revelación y por la iluminación divina de la mente >> (30). « Cristo llamó la vocación atracción divina - divinum tractum - ... Pero esta atracción es atracción de amor, ya que Dios mueve el corazón mediante el amor y el deseo del bien, mas el amor no puede existir sin conocimiento previo; esto es lo que quiere decir: Lo revelaste a los pequeñuelos (Mt rr, 25) y A quien el Hijo quiera darlo a conocer (Mt rr, 27). Es, pues, la vocación una atracción divina mediante el conocimiento y el amor: divinus tractus per cognitio– nem et amorem >> (31). Así escribe comentando el evangelio de la fiesta de san Francisco. Y en el de san Andrés vuelve una vez más sobre la misma noción, poco menos que calcando el pasaje citado de san Agustín : « ¿Qué es la vocación sino cierta atracción del libre albedrío hacia Dios? Te amé con. caridad perpetua,· por eso te atraje compa– decido d'e ti (Jer 31, 3) >>. Cita también Os rr, 4 y Jn 6, 44, y prosigue: « Y es atraído, no violentado, no forzado, sed ex volun– tate, Í'mO ex volwptate: Trahit sua quemque voluptas 1 (32). El hombre es atraído por el amor y el deseo; atraen las frutas suaves y dulces a los niños hacia sus padres y nodrizas, atrae el manojo verde al cordero, atrae la fuente al sediento, la mesa al hambriento, el fuego al que padece frío en el invierno. De la misma manera la vocación divina es una dulce atracción - dulcis attractus -, por la que nuestro libre albedrío es atraído y elevado hacia Dios a impulsos del deseo de la salvación... >> (33). (29) Mariale, Opera omnia, I, 348. (30) Sanctorale, lbid.; IX, 175. (31) lbid., 178. (32) Es la cita de Virgilio a través de san Augustín: cfr. supra nota 25. (33) Sanctorale, Opera omnia, IX, 331.

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