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444 Lázaro de Aspurz ce El segundo misterio es el de la vocación: A los que predestinó también los llamó (Rom 8, 30); Venid a mí todos ... (Mt II, 28) (20). La vocación, todá vocación, se hace en Cristo y tiene un carácter eminentemente salvífica, es decir, dice relación a la obra del Re– dentor: « Como Elías llamó a Eliseo para la salud de Israel - explica en el panegírico del apóstol san Andrés, todo él centrado en el misterio de la vocación -, así Cristo llama a los apóstoles para la salud del mundo ... San Pablo afirma que la vocación es el principio de la salvación (Rom 8, 29s), y el que llama es Cristo Dios y hombre ... ; el fin es la salvación de los hombres ... Dios es quien llama, y llama para salvar, llama movido de caridad: A los que predestinó también los llamó; es que la predestinación es efecto de la caridad: Te he amado con caridad perpetua (Jer 3I, 3) >> (ZI). Dentro de la vocación general a la salvación, y por lo tanto a reproducir la imagen de Cristo y a entrar en el radio de su acción salvadora, hay vocaciones especiales a una colaboración más estre– cha con el Salvador. Y todas reciben su valor y su sello de legitimi– dad de la vocación primordial del mismo Cristo. En efecto, Cristo es el primer llamado. En la mente de Dios, ante todo la obra maestra, el Dios-Hombre que tiene la primacía sobre todo lo creado; para El han sido predestinados y llamados todos los hombres (22). Y junto a Cristo, María, objeto particularísimo del amor del Creador. « Dios predestinó, llamó, justificó y glorificó a la Virgen por encima de todos los elegidos, no sólo hombres sino aun án– geles ... La divina predestinación de María fue como el boceto, forma primera y modelo, el arquetipo de toda la Iglesia de los elegidos de Dios ... Ella fue llamada al mismo tiempo al ser de la naturaleza y al de la gracia, ad esse et bene esse: su alma fue al mismo tiempo creada y santificada, unida a Dios, hecha un espíritu con Dios ll (23). (20) Sanctorale, ibid. IX, 178. (21) Sanctorale, ibid. IX, 330s. (22) Cfr. Quadrages. II, opera omnia, V, l, 433s. ALEJANDRO DE VILLALMONTE, Temas fundamentales en la teología de S. Lorenzo de Brindis; en Naturaleza y Gracia 7 (Salamanca 1960) 63-73, 89-rn3. (23) Mariale, Opera omnia, I, 347s.

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