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91 HECHOS DE LOS APÓSTOLES De Malta a Roma 11 Después de tres meses, nos embarcamos en una nave alejandrina que había invernado en la isla y llevaba por insignia los Dióscoros *. 12 Arribamos a Siracusa y per– manecimos tres días. 13 De allí, bordeando la costa, llega– rnos a Regio. Al día siguiente comenzó a soplar viento sur y al otro llegamos a Pozzuoli *, 14 donde encontramos al– gunos hermanos que nos invitaron a quedarnos con ellos siete días; y luego salimos hacia Roma. 15 Los hermanos de aquí, habiendo oído hablar de nosotros, salieron a nues– tro encuentro hasta el Foro de Apio y las Tres Tabernas. Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y cobró ánimo *. 16 Cuando entramos en Roma, se permitió a Pablo hospe– darse en una casa particular con un soldado que le cus– todiase"'. En:tr 1 evista de Pablo con los judíos 17 Pasados tres días, convocó a los de más prestigio entre los judíos. Una vez reunidos, les dijo: Yo, sin haber hecho nada contra el pueblo ni contra las costumbres de nuestros padres, fui detenido en Jerusalén y entregado en manos de los romanos. 18 Estos, después de tomarme de– claración, quisieron ponerme en libertad, porque no había en mí causa alguna que mereciese la muerte. 19 Oponién- 11 Los Dióscoros que llevaba la nave esculpidos en la proa eran Cástor y Pólux, dos gemelos, hijos de Júpiter y Leda. Su culto se había extendido desde el Peloponeso por todo el mundo griego lle– gando hasta Italia y Roma. Los marinos los invocaban antes de ha– cerse· a la mar y durante tos peligros de la travesía; les rendían gra– cias al final de una navegación difícil. 13 Putéolos o Pozzuoli, situado en el golfo de Nápoles, constituía un gran puerto comercial a donde llegaban navíos de todas las regio– nes del Imperio. Nada, de extraño que aquí hubiese una floreciente colonia judía y consiguientemente una comunidad cristiana. 16 Una delegación de cristianos de Roma sale al encuentro de Pablo en el Foro de Apio, sobre la Vía Apia, a, 43 millas de la Ciu– dad Eterna. Otros esperan en Tres Tabernas, a 23 millas de Roma. 16 Roma era el término del viaje. La ca,pital del Imperio tenía un millón de habitantes. El informe de Pesto, lo mismo que el de Julio, se mostraba favorable a Pablo. Por eso no entra en la cárcel pública, sino en una casa pmrticu!ar, gozando de la "custodia libre" ; fl ¡rreso era custodiado por dos soldados ; a veces el brazo derecho del acusado estaba encadenado al de uno de los guardianes.
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