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87 HECHOS DE LOS APÓSTOLES nio, natural de Tesalónica *. 3 Al otro día llegamos a Si– dón, y Julio, portándose benignamente con Pablo, le per– mitió ir a casa de los amigos para que le prestasen sus cuidados *. 4 Partiendo de allí, bordeamos Chipre, por ser los vientos contrarios, 5 y atravesando el mar que baña Cilicia y Panfllia, llegamos a Mira de Licia. 6 Allí el cen– turión encontró una nave alejandrina en viaje hacia Italia, y nos hizo subir a ella. 7 Durante muchos días navegamos lentamente y a duras penas llegamos a la al;;ura de Knido; no permitiéndonos el viento atracar bordeamos. Creta, fren– te a Salmona. 8 Costeando con dificultad la isla, llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea. Tempestad en alta mar 9 Habiendo permanecido allí mucho tiempo y siendo ya la navegación peligrosa por haber incluso pasado la fiesta del ayuno, Pablo les advirtió * : 1 º Amigos, veo que la navegación va a ser con peligro y grave daño, no solo para el cargamento y para la nave, sino pa::a nuestras per– sonas. 11 Pero el centurión confiaba más en el piloto y en el patrón del barco que en las palabras de Pablo. 12 Como el puerto no reunía condiciones para invernar, la mayoría opinó salir de allí por ver si podían alcanzar Fenice, puerto de Creta orientado hacia suroeste y noroeste, y pasar aquí el invierno. 13 Comenzó a soplar un ligero viento del sur; y, pensando que podrían realizar su propósito, levaron an– clas y comenzaron a costear Creta más de cerca. 14 Al poco tiempo se desencadenó un viento huracanado, llamado euro– aquilón. 15 Arrastrando la nave y no pudiendo resistir al viento, nos dejamos llevar a la deriva. 16 Navegando al 3 Los amigos de Pablo aquí mencionados seJÍan muy probable– mente cristianos. No debe extrañarnos la, presencia de cristianos en Sidón y Tiro, pues la Buena Nueva había sido predicada muy pronto en Fenicia (11, 19; 21, 3 ss.). 9 La fiesta del ayuno se refiere a la fiesta de la Expiación que se celebraba el 10 del mes tishri (septiembre-octubre). Era. el único día de ayuno prescrito por la Ley (Le 16, 29-31). A ¡:artir de esta fecha la navegación se hacía extremadamente peligrosa. Así lo advierte Pablo, pero el centurión sigue el parecer del pilo:o y del patrón del barco como hombres más técnicos y experimentaéos.
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