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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 82 7 Cuando se hubo presentado éste, los judíos, llegados de Jerusalén, le rodearon y alegaron muchas y graves acusa– ciones que no podían probar *. 8 Pablo se defendía, afir– mando: Nada he cometido, ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra el César. · Pablo apela al César 9 Mas Festa, intentando congraciarse con los judíos, replicó a Pablo : ¿ Quieres subir a Jerusalén para ser allí juzgado de estas cosas en mi presencia? *. 10 Pero respon– dió Pablo: Estoy ante el tribunal del César; en él debo ser juzgado. Nada he cometido contra los judíos, como tú sabes muy bien *. 11 Si, en efecto, he cometido alguna injusticia o he hecho algo digno de muerte, no rehúso mo– rir. Si, por el contrario, no hay nada de cuanto éstos me acusan, nadie puede entregarme a ellos. Apelo al César *. 12 Entonces Festo, después de deliberar con los de su con– sejo, respondió: Has apelado al César, al César irás. Festo informa al rey Agripa 13 Algunos días después llegaron a Cesarea el rey Agri– pa y Berenice para saludar a Festo *. 14 Como se detuvie– ran allí varios días, Festa expuso al rey el asunto de Pa– blo: Hay un hombre, dijo, a quien Félix ha dejado encar- 7 A las acusaciones presentadas dos años antes contra l'ablo añaden ahora una nueva : atentar contra la autoridad del César. Es la misma acusación que hablan urdido en otro tiempo contra Jesús (Jn 19, 12). 9 Pesto, queriendo por una parte congraciarse con los judíos y por otra obrar según el derecho romano, ve bien la propuesta de los judíos, pero para ello necesita el consentimiento de Pablo, que como ciudadano romano tiene el privilegio de ser juzgado por un tribunal romano. Pablo se niega a ir a Jerusalén previendo ser con– denado o asesinado en el camino. 10-11 Cuando un ciudadano romano pronunciaba esta frase, toda competencia judicial pertenec/a al Emperador. Si se habla comenz:ido la vista de la causa, debla interrumpirse inmediatamente. 13 Agripa II era hijo de Agripa I cuya muerte se narra en los He– chos 12, 20-23. Gobernaba la tetrarquía de Filipo y de Lisanias (Le 3, 1), pose/a la superintendencia del templo a,sí como el derecho de nombrar a los sumos sacerdotes.