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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 80 Pablo se defiende 10 Pablo, habiéndole hecho señal de hablar el Procu– rador, respondió: Sabiendo que desde hace muchos años eres juez de esta nación, hablaré con confianza en mi de– fensa *. 11 Puedes cerciorarte cómo no hace más de doce días que subí a Jerusalén para adorar *, 12 y, ni en el tem– plo, ni en las sinagogas, ni en la ciudad me encontraron discutiendo con nadie o amotinando al pueblo; 13 ni pue– den probarte las cosas de que ahora me acusan. 14 Sin em– bargo, te confieso esto : Que adoro al Dios de nuestros padres según la doctrina que ellos llaman secta, creyendo todo cuanto está escrito en la ley y en los profetas, 15 te– niendo la esperanza puesta en Dios, igual que ellos mis– mos la tienen, de que vendrá la resurrección de buenos y malos. 16 De aquí que también yo me esfuerzo por tener siempre una conciencia irreprehensible delante de Dios y de los hombres. 17 Al cabo, pues, de muchos años vine a traer limosnas a los de mi nación y a ofrecer sacrificios. 18 Y en esa ocasión, estando ya purificado, me encontra– ron en el templo, sin tumulto ni alboroto, 19 algunos ju– díos de Asia, los cuales deberían presentarse ante ti y acusarme si tenían algo contra mí. 2 º O bien que digan estos mismos qué delito hallaron en mí cuando comparecí ante el Sanedrín, 21 a no ser esta sola frase que pronuncié en alta voz delante de ellos: A causa de la resurrección de los muertos soy hoy juzgado por vosotros. 22 Félix, cui– dadosamente informado de esta doctrina, aplazó la vista 10 Nótese el contraste entre la intervención de Tertulo y la de Pablo. En las palabras del apóstol no aparece para nada la adula– ción, sino la firmeza, la serenidad y el respeto. 11 Pablo rechaza punto por punto los cargos que le ha hecho Tertulo: se Je ha acusado de turbar la paz, a lo que responde Pablo (12-13) que en ningún sitio ha disputado con nadie ni ocasionado tu– multos. Se le ha acusado de ser el jefe de una secta ; Pablo contes– ta confesándose cristiano, pero no hereje o sectario, porque el cris– tianismo es la floración última del judaísmo, lo mismo que el evan– gelio es el cumplimiento de la Ley y los profetas (14-16). Se le ha acusado de profanar el Templo, pero Pablo afirma que vino como peregrino para cumplir un acto religioso (17-19). El mismo Procura– dor puede comprobar todo esto mediante una fácil investigación, pues los hechos son recientes.