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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 72 y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos miles y miles de judíos han abrazado la fe y todos son celosos observantes de la ley *. 21 Pero han oído contar de ti que a cuantos judíos viven entre los gentiles enseñas a separarse de Moi– sés, diciendo que no circunciden a sus hijos ni vivan según las tradiciones *. 22 ¿ Qué hacer, pues? Ciertamente se en– terarán de que has llegado. 23 Haz, pues, lo que te vamos a indicar. Tenemos cuatro hombres ligados con un voto*. 24 Tómalos contigo; junto con ellos cumple el rito de la purificación y paga los gastos para que puedan dejarse ra– par la cabeza; así todos conocerán que no hay nada de cuanto han oído decir de ti, sino que tú mismo sigues observando la ley. 25 En cuanto a los gentiles que han abra– zado la fe, les hemos escrito, tras madura deliberación, que se abstengan de alimentos ofrecidos a los ídolos, de la sangre, de animales sin sangrar y de la fornicación. 26 Al día siguiente, Pablo, tomando consigo a aquellos hombres, cumpliendo con ellos el rito de la purificación, entró en el templo declarando que había terminado el tiempo del voto, al final del cual debía ser ofrecido el sacrificio por cada uno de ellos *. Los judíos delatan a Pablo 27 Cuando estaban a punto de cumplirse los siete días, judíos de Asia, viendo a Pablo en el templo, soliviantaron 21 Aunque Pablo predicaba que las prescripciones mosaicas y la circuncisión no tiene valor para la justificación y salvación, nunca, sin embargo, ha aconsejado la apostasía de la Ley ni obligado a los judíos a, no circuncidar a sus hijos. 23 La mejor manera de cerrar la boca a sus acusadores era mos– trando que observaba las prescripciones de la Ley. Pablo no tiene na– da que objetar a, esta proposición, pues sigue la norma de hacerse todo para todos, a fin de ganarlos a todos para Cristo (1 Co 9, 19- 23). En el libro de los Números 6, 1-21 se describe minuciosamente en qué consistía el voto de nazareato y obligaciones que implicaba. 26 Como los sacrificios de esta, clase, sobre todo en los días de fiesta, eran muy numerosos, se hacía necesario prenotarse antes para tomar vez. Durante siete días Pablo acude puntualmente a vista de todo el pueblo dando un mentís rotundo a las noticias tendenciosas de sus adversarios.