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65 HECHOS DE LOS APÓSTOLES Los exorcistas judíos 13 También algunos judíos exorcistas ambulantes inten– taron invocar el nombre de Jesús, el Señor, sobre los que tenían malos espíritus, diciendo: Os conjuro por Jesús a quien Pablo predica *. 14 Los que esto hacían eran siete hijos de un tal Esceva, sumo sacerdote judío. 15 Pero el espíritu malo les replicó : Conozco a Jesús y sé quién es Pablo, pero vosotros ¿quiénes sois? 16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, arrojándose sobre ellos, les sujetó a todos y los maltrató de tal manera que tuvieron que huir de aquella casa, desnudos y plagados de heridas. 17 De esto se enteraron todos los judíos y griegos que re– sidían en Efeso; el miedo se apoderó de todos ellos y glo– rificaron el nombre de Jesús, el Señor. 18 Muchos de los que habían abrazado la fe vinieron a declarar y manifes– tar sus prácticas de magia *. 19 Buen número de los que habían practicado las artes mágicas, reuniendo los libros, los quemaron en presencia de todos. Se tasó el valor de los mismos en cincuenta mil monedas de plata *. 20 De este modo la palabra del Señor crecía y se consolidaba vigoro– samente. 21 Después de estos sucesos, Pablo concibió el proyecto de ir a Jerusalén, atravesando Macedonia y Aca– ya. Después de estar allí, se decía, tengo que visitar tam– bién Roma. 2 2 Envió a Macedonia a dos de sus colabora- 13 Los evangelios afirman Ja existencia de exorcistas entre los judíos (Mt 12, 27; Le 11, 19). Tenían como misión librar, por me– dio de fórmulas especiales, a los poseídos de malos espíritus. Los exorcistas de Efeso intentan apropiarse el poder extraordinario utili– zado por Pablo. 18 Los cristianos venidos del paganismo conservan a veces re– sabios de costumbres paga,nas, como puede apreciarse por las cartas paulinas. Así se comprende que los fieles de Efeso, donde la afición a las artes mágicas era muy pronunciada, no hubiesen conseguido limpiarse de estas supersticiones. 19 Estos libros serían más bien minúsculos folletos u hojas vo– lantes que contenían fórrnula,s, ritos y conjuros mágicos. Se hacía uso de ellos en circunstancias especiales de la, vida: relaciones amo– rosas, enfermedades, juegos de azar. Serían escritos caros, bien a causa del poder mágico que encerraban, bien por ser escritos prohi– bidos, clandestinos, perseguidos por la ley, lo que incrementaba su cotización. 3