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61 HECHOS DE LOS APÓSTOLES Pablo en Corinto }8 Después de esto, saliendo de Atenas se fue a Corin- to *. 2 Allí encontró a un judío de El Ponto, llamado Aquila, que acababa de llegar de Italia, en compañía de su mujer Priscila, pues Claudio había mandado salir de Roma a todos los judíos, y trabó amistad con ellos *. 3 Como eran del mismo oficio, se quedó a vivir con ellos, y dialo– gaba. Eran, en efecto, fabricantes de tiendas *. 4 Cada sá– bado trabajaba en la sinagoga e intentaba convencer a ju– díos y griegos. 5 Luego que Silas y Timoteo llegaron a Macedonia, Pablo se dedicó por entero a la predicación, declarando ante los judíos que Jesús era el Mesías. 6 Mas, como éstos se le opusieran y profiriesen injurias, Pablo, sacudiendo los vestidos, les dijo: Caiga vuestra sangre so– bre vuestra cabeza. Yo no tengo la culpa. Desde ahora me iré a los gentiles *. 7 Y, saliendo de allí, fue a vivir con un tal Ticio Justo, temeroso de Dios, cuya casa estaba contigua a la sinagoga. 8 El jefe de la sinagoga, Crispo, creyó en el Señor con toda su familia; muchos corintios, 1 Desde Atenas, Pablo fue a Corinto, situada a tres jornadas de camino, aunque por mar, con viento favorable, podía cubrirse la distancia en un día. Corinto, capital de Acaya, ciudad cosmopolita, centro comercial de primer orden, era el punto de cita del lujo, del libertinaje y del desenfreno. Sin embargo, en este ambiente florece una de las cristiandades primitivas más pujantes. 2 Pablo se encuentra en Corinto con un judío oriundo de El Ponto, llamado Aquila, que había, vivido en Roma con su mujer Priscila hasta que fue obligado a emigrar en virtud de un decreto del empe– rador Claudio. Este matrimonio se desenvolvía bien económicamen– te, pues pose/an locales importantes donde albergar las reuniones de fieles en Roma (Rm 16, 3-5), en Corinto y en Efeso (1 Co 16, 19). 3 Un proverbio judío decía : "Quien no enseña un oficio a su hijo, le enseña a ser ladrón". Pablo trabaja con sus manos para ga– na.rse el pan y no ser gravoso a nadie (20, 34; 1 Co 4, 12, 1 Tes 2, 9; 2 Tes 3, 8). Las tiendas se confecionaban con pelos de cabra o de camello. 6 "Sacudir el vestido" es un gesto simbólico aún hoy entre los árabes, para significar el desprecio. Aquí, unido a las palabras que pronuncia, parece indicar que Pablo se desentiende de su auditorio recalcitrante declinando toda responsabilidad. Desde ahora se va a predicar a los paganos. 7 La, identificación de este personaje con Tito, conocido ¡ior las ca1rtas paulinas, es una suposición carente de fundamento sólido.

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