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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 4 timos acontecimientos (apariciones del Resucitado y As– censión) para integrarlos y continuar la narración. La gra– mática, el vocabulario y el estilo son los lazos que unen los dos libros y que nos llevan a la conclusión de que uno mismo ha sido el autor de ambos. ¿Quién es? La tradición de la Iglesia señala a San Lu– cas como autor del libro de los Hechos. Ni en la anti– güedad ni en los tiempos modernos se ha propuesto seria y razonablemente otro nombre. Hacia el año 175 todas las iglesias, según se desprende de los documentos y cita– ciones bien explícitas, nombran a San Lucas como autor de este libro. El examen interior de los Hechos de los Apóstoles confirma los datos de la tradición. Una lectura atenta nos dice que el autor pertenece a la era apostólica, que es un griego culto que conoce a fondo las costumbres judías y la Biblia griega, que tiene conocimientos médicos y, sobre todo, que es compañero de viaje de San Pablo, como lo demuestran sus narraciones de la segunda parte del libro donde se expresa en primera persona. Ahora bien, entre los campañeros de San Pablo a nadie convienen todos estos datos sino a Lucas: Natural de An– tioquía de Siria, según una vieja tradición "médico" y de origen pagano (Cl 4, 10-14), compañero muy querido de San Pablo que estuvo con él durante las dos cautividades romanas (Cl 4, 14; Fm 24; 2 Tm 4, 11). Ti:empo y lugar d'e composición Para fijar tanto la fecha como el lugar donde escribe, los autores se dividen. Unos afirman que en Acaya, des– pués de la muerte de San Pablo; otros, en Roma, antes del final del proceso contra San Pablo. Hoy se tiende a admitir, con los testimonios más antiguos de la tradición, que los Hechos de los Apóstoles se compusieron después de la muerte de San Pablo (año 67). Esto parece exigir la fecha que se asigna al evangelio de San Marcos, al cual San Lucas y a fortiori los Hechos son posteriores.