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57 HECHOS DE LOS APÓSTOLES te hagas daño alguno, pues estamos aquí todos. 29 El car, celero pidió luz., se precipitó dentro y temblando se arrojó a los pies de Pablo .y Sifas, 30 Sacándoles fuera, les pre– guntó: Señores, ¿qué debo hacer para salvarme? 31 Le res– pondieron : Ten fe en Jesús, el Señor; así os salvaréis tú y tu fan).ilia. 32 Y anunciaron la palabra del Señor a él y a todos los de su casa. 33 En aquella misma hora de la noche los llevó y les lavó las heridas; .a continuación se hicieron bautizar él y todos los suyos. 34 Haciéndoles subir a su casa, les preparó la .mesa y se regocijó juntamente con. los suyos por haber creído en Dios. Pablo y . S'ilas abandonan Filipos s 5 Al llegar el día, los magistrados enviaron los lictores con esta orden : Pon en libertad a estos hombres. 36 El car– celero comunicó a Pablo la noticia : Los magistrados han enviado a decir que os ponga en libertad; salid, pues, y mar9had: en paz.. 37 Mas Pablo les respondió : A nosotros, ciudadanos romanos, después de habernos azotado públi– camente y sin proceso alguno, ·nos arrojaron a la cárcel, ¿y ahora intentan librarnos secretamente? De ningún modo, que vengan ellos mismos y nos pongan en libertad *. 38 Los lictores transmitieron estas palabras a los magistrados, quie– nes cobraron miedo al ver que· eran ciudadanos romanos. 39 Vinieron, pues, a presentarles excusas y poniéndolos en libertad les rogaron que abandonasen la ciudad *. 4 0 Pablo y .Silas, al salir de .la ·cárcel, se dirigieron a casa de Lidia, y, después de haber visto y confortado a los hermanos, se fueron. 37-39 Los magistrados se habían colocado en una situación com– prometida, ya que la ley prohibía azotar a un ciudadano romano, Los que la quebrantaban eran privados de su oficio e inhabiljtados para siempre. Pablo y Silas podí.M tomar represalias, pero prefirieron marcharse después de exigir una conveniente reparación.
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