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HECHOS DE LOS APÓSTOLES 52 el Señor, lo mismo que ellos*. 12 Toda la asamblea guardó silencio y escuchaba a Bernabé y a Pablo que contaban todas las señales y prodigios que Dios había realizado por medio de ellos entre los gentiles *. Intervención de Santiago 13 Después que ellos callaron, tomó Santiago la palabra. Hermanos, dijo, escuchadme *. 14 Simón ha expuesto cómo Dios desde el principio se cuidó de elegir para sí un pue– blo de entre los gentiles. 15 Con esto están acordes las palabras de los profetas, según está escrito : 16 Después de esto volveré y restauraré la tienda de David que había caído a tierra; reedificaré sus ruinas y la levantaré de nuevo *, 17 a fin de que los demás hombres busquen al Señor, lo mismo que todas las naciones sobre las cuales ha sido invocado mi nombre, dice el Señor, el que realiza estas cosas, 18 por él conocidas desde siempre *. 19 Por eso, yo opino que no debe inquietarse a los gentiles que se con– vierten a Dios. 2 º Sin embargo, debemos hacerles saber por escrito que se abstengan de lo contaminado por los ídolos, de la fornicación, de los animales sin sangrar y de la san– gre *. 21 Pues Moisés tiene desde antiguo en cada ciudad 12 Los milagros obrados por Dios en medio de los paganos son prueba evidente de que Dios aprueba su apostolado en medio de ellos. 13-21 Santiago, en calidad de obispo de Jerusalén, tenía gran ascen– diente, sobre todo entre los judíos convertidos. Su intervención rati– fica la postura de Pedro. Pero propone ciertas limitaciones discipli– narias para no herir los sentimientos de los judios que consideraban como abominables ciertas costumbres de los paganos. 16 Aro 9, 11 ss.; Is 12, 15. 18 Is 45, 21. 20 Discuten los autores acerca del alcance del significado de la palabra "fornicación". Si tiene el mismo significado que pa.ra nos– otros, ¿ por qué esta prohibición de ley natural se une a las otras tres de índole disciplinar y transitoria? Los autores responden de di– versas maneras : para unos "fornicación" se identifica con "idolatría,", siguiendo la forma de hablar en el Viejo Testamento ; para otros, de– signa el matrimonio entre consanguíneos prohibido en la ley mosaica (Le 18, 6 ss.), el cual no repugnaba a los étnico-cristianos. Otros piensan que se trata de fornicación propiamente dicha, pues, aunque prohibida. por ley natural, entre los paganos pasaba como cosa indi– ferente y a los ojos de los moralistas griegos y romanos solo el adul- terio constituía pecado.· ·
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