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49 HECHOS DE LOS APÓSTO~ES siendo cojo de nacimiento, nunca había andado *. 9 Este escuchaba la predicación de Pablo, quien mirándolo fija– mente y viendo que tenía fe para ser curado *, 10 dijo en alta voz: Ponte derecho sobre tus pies. Dio un salto y comenzó a caminar. 11 La gente, contemplando lo que ha– bía hecho Pablo, comenzó a gritar en licaonio : Los dioses en forma humana han bajado a nosotros. 12 A Bernabé le llamaban Júpiter y a Pablo, Mercurio, porque era el que dirigía la palabra *• .1 3 El sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba a la entrada de la ciudad, llevó ante la puerta unos toros adornados con guirnaldas y quería, ·acompañado del pueblo, ofrecer sacrificios *. 14 Al enterarse los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgando sus vestidos, irrumpieron entre la muchedumbre, 15 diciendo a grandes voces: Amigos, ¿ qué estáis haciendo? También nosotros somos hombres, de la misma naturaleza que vosotros, venidos para anun– ciaros que abandonéis los ·ídolos vanos y os convirtáis al Dios viviente que· hizo ·el cielo y. la tierra, el mar y cuanto en ellos se contiene. 16 El permitió en las generaciones pa– sadas que todas las naciones siguiesen sus propios cami– nos*; 17 aunque no ha cesado nunca de manifestarse a sí mismo mediante sus beneficios, enviándoos desde el cielo las lluvias y las estaciones fértiles, dándoos alimento y colmando de alegría vuestro corazón *. 18 Con estas pala– bras, a duras penas pudieron conseguir que no les ofrecie– sen sacrificios. 19 Entretanto llegaron de Antioquía a leo- 9 Lo mismo que Jesús, los apóstoles exigen la fe para que el mi– la,gro se realice ; esta fe no es solo la confianza de ser curado, sino asentimiento al mensaje de salvación anunciado por Pablo. 12 El prodigio llena de entusiasmo a los circunstantes, quienes to– man a los misioneros por dioses protectores. Júpiter era el dios prin– cipal, el padre de todos los dioses, según la mitología griega,. Mercu– rio pasaba como el dios de la oratoria. Por eso identifican a Bernabé con Júpiter, por haber permanecido en silencio y por su aspecto atractivo ; a Pablo lo identifican con Mercurio, porque él les ha dirigido la palabra. 13 El toro era un animal consagrado a Júpiter. Las guirnaldas servían para adornar las víctimas,. los altares, las estatuas de los dio– ses y los que sacrificaban las victimas, 16.17 Dios no dejó a los paganos en la oscuridad. A través de las maravillas de la na,turaleza, de la ley natural grabada en su corazón, pudieron rastrear su existencia y providencia-